Siquiatra ‘tuerce’ el Derecho en caso de niña que será juzgada como adulta por el asesinato de Gabriela Nicole

Tribunales–Opinión

Por Fátima Seda Barletta

Abogada y Periodista Senior

Mientras redacto esta nota, escucho a una psiquiatra torcer el Derecho para afirmar que el procedimiento por el cual Anthonieska Avilés será juzgada como adulta fue equivocado y que la jueza está obligada a que se pase prueba sobre su inmadurez cerebral antes de juzgarla como adulta.

Acto seguido la psiquiatra en el programa Los Rayos X comparó el caso Pueblo v. Raúl Hernández Mercado con el de esta chica Avilés. Claramente, dándole el beneficio de la duda, la dama desconoce totalmente los hechos del primer caso.

Se los voy a refrescar: Cuando Raúl Hernández Mercado tenía 14 años, causó la muerte de un joven adinerado llamado Natalio “Talito” Bayonet, mediante intento de asalto en un local para recoger y entregar videos. Bayonet estaba conduciendo un automóvil, por lo que presumimos tenía al menos 16 años y licencia de conducir.

Raúl Hernandez era un nene en custodia de su abuela, cero padres en los alrededores.
El caso, por ser la víctima hijo de un prominente médico, ciertamente se vio influenciado por medios de encargo.

Por ejemplo, un suplemento donde la víctima apareció con aureola de santo.
El estado en nada protegió al menor descarriado. Es más, Hernández cursó estudios universitarios en la cárcel, con la oposición del estado a su rehabilitación.

Oposición.

En el caso de Aibonito, la acusada Avilés cumplirá 18 años antes de la próxima vista, lo que hace académico todo este baliju sobre su minoridad.

Como si la jueza Marielem Padilla Cotto no viviera en Puerto Rico, como si no viera televisión, ni escuchara radio, ni tuviera internet, ordena que de ahora en adelante no se retrate el rostro de Anthonieska, que ha estado expuesto desde que la ficharon.

De nuevo, algo académico que debió funcionar antes del fichaje. Me pregunto: ¿también gozará de anonimato cuando cumpla 18 años y sea adulta ante la ley, dentro de varias semanas?

Concluyo: una cosa es matar bajo el impulso del hambre en un asalto. Matar porque se le zafa un tiro. Otra es matar de ocho puñaladas a alguien agarrado, una a una las puñaladas. Apuñalando también a quien trata de ayudar a la víctima mortal. Ágarrando además a la madre de la víctima, para que presencie la muerte y no pueda salvarla.

Otra cosa.