La mamá de Gabriela Nicole necesita nuestra ayuda, empatía y solidaridad

Tanatología

JAIME TORRES TORRES 

Prensa Sin Censura 

Días atrás, en una reveladora colaboración publicada por Prensa Sin Censura, se analizaron los procesos de duelo del asesinato en Aibonito de la jovencita Gabriela Nicole Pratts Rosario, de 16 años.

Es una pérdida que ha estremecido al País y ha sacudido la conciencia del Pueblo.

Como profesional certificado en Tanatología Clínica, la ciencia del manejo de pérdidas de todo tipo, estaríamos prestos a ofrecerle orientación y acompañamiento a la familia de Gabriela Nicole, en particular a su joven madre Lisandra Lisa Rosario.

Basta echar una mirada a su perfil en las redes sociales para comprender que  atraviesa por un devastador y traumático proceso de duelo, en el que algunas de las etapas según el texto de la autora Elisabeth Kubler Ross [negación, coraje e ira, negociación, depresión y aceptación] pudieran trastocarse o sencillamente no manifestarse por la manera tan trágica en que sucedieron los hechos: presenciar, sometida y neutralizada por la fuerza, el asesinato de su niña de ocho puñaladas en una trifulca con varias amigas.

Hace tres días Lisandra publicó en sus redes: “Mi bebé por siempre; sólo le pido a Dios que me de fuerzas para soportar todo esto. Mi corazón está destruido; me lo arrancaron cuando me arrebataron a la luz de mis ojos; no estoy preparada para verte en una caja. No, no, no y nooooooo. Tu mamita te ama mi Lela; tu mamita te necesita; me dejastes sólita. Te lo juro por mi vida que voy hacer justicia”.

Palabras conmovedoras como las que publicó el día del sepelio de su amada hija. “Llegó el día que no quería que llegara amor mío. Solo digo que tengo mi corazón hecho pedazos. No me salen las palabras. Te amo y te amaré toda mi vida mi pequeña princesa. Mamita te está sufriendo tanto. Quiero justicia y es yaaaa. Quiero que paguen cada una de las que te quitaron la vida y me dejaron sólita sin mi Lela. Despertar y no tenerte a mi lado es un dolor que no se lo deseo a nadie. Quiero que vean esa carita. Ella era mi todo y le quitaron la vida de la peor manera”.

La intención de este artículo es que a la familia de Lisandra se le informe que los servicios de tanatología están a su alcance de manera virtual, por teléfono o presencial. 

Esta joven mujer, según el reciente historial de publicaciones en su muro, lleva afrontando pérdidas y resistiendo situaciones muy difíciles que solo ella conoce y que podrían exacerbar su depresión tras las circunstancias en que perdió a su hija. 

Su expresión revela a una joven mujer luchadora muy sensible. El pasado 29 de mayo Lisandra posteó: 

“Tengo tantas cosas que decir que si me callo me salen subtítulos. Nos entristece como estamos viviendo hoy día y como las familias van destruyéndose. Pero nos duele aún más haber sido apartados de todo este proceso. Nunca pensamos que ni siquiera en un momento así el respeto y el sentido común prevalecerían sobre los resentimientos. No estuvimos presente, no por falta de amor, sino porque así lo quisieron. Y eso, sinceramente, decepciona más que cualquier conflicto pasado. Hoy elegimos guardar silencio, no por indiferencia, sino por dignidad. Que cada quien se quede con la conciencia tranquila. Que triste darse cuenta de que los lazos de sangre ya no significan lo que alguna vez significaron”.

Al día siguiente escribió, en el contexto del filme infantil Lilo & Stitch: “La familia no siempre es perfecta, pero es lo más valioso que tenemos. Nos recuerda que el amor, la comprensión y el perdón son lo que unen a una familia, incluso cuando hay problemas. También nos muestra que todas las personas, sin importar lo diferentes que sean, pueden cambiar para bien si reciben cariño y apoyo. Lilo aceptó a Stitch cuando nadie más lo hizo, y gracias a eso, él descubrió que podía ser amado”.

El 22 de junio comentó: “La vida nos enseña que siempre hay que volar alto. Más alto que la envidia, más que el dolor, la maldad, más alto que las lágrimas. Siempre hay que volar alto, donde algunas palabras no puedan ofendernos, donde algunos gestos no puedan herirnos, donde algunas personas nunca puedan llegar”.

El 10 de julio Lisandra publicó:  “A mí la ropa no me define; hay días que puedo salir como una diva y otros totalmente lo contrario y no pasa nada. Ambas versiones me gustan y me hacen sentir lo que soy, UNA MUJER REAL. Con tacones o sin tacones, estoy a la altura de cualquier situación que la vida me ponga. A veces princesa… A veces guerrera… A veces reina… A veces loca… Pero siempre lista para seguir en la lucha. Una sonrisa”.

Hoy domingo, quizá con un tono más esperanzador, Lisandra Lisa Rosario posteó: “De todos los ángeles que hay en el cielo uno de ellos es mi eterno amor… Mi hija. Bebé te extraño tanto. Hubiera querido que me pasara a mí y no a ti. Estabas empezando a vivir mi Lela. Siento un vacío en mi corazón que no lo aguanto. Nos dejastes sólita a tu hermana y a tu mamita. Mi Lela siempre te lo dije que no confiaras; que amiga es un peso en el bolsillo y mira: te quitaron la vida de la peor manera. Juro que la justicia llegará. Te amo y te amaré toda mi vida mi eterno amor”.

Indiscutiblemente es un proceso de duelo muy complicado. Negación, coraje y depresión. Desde el anonimato también hemos llorado esta tragedia nacional.

Este periodista, certificado como Tanatólogo clínico, está a la disposición de la familia y amigos de Gabriela Nicole Pratts Rosario y de su mamá Lisandra Lisa Rosario.

Por favor, compártanles este artículo.

Lisandra y su hijita Gabriela Nicole. Foto/Facebook

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