Política
Por Dr. Eliezer Colón Rivera
Para Prensa Sin Censura
Como si se tratara de una escena del realismo mágico, en enero de 2025 el pueblo de Cidra comenzó a despertar con su plaza pública, parque de pelota, cancha de baloncesto, barandas de puentes y muros de seguridad pintados de azul. Incluso el escudo oficial fue alterado con ese color. Todo esto coincidía con el color del partido del alcalde Delvis Pagán Clavijo, y fue ejecutado con fondos públicos.
Más allá de la controversia estética o política, esta acción podría contravenir principios de seguridad vial. La Sección 1A.01 del Manual on Uniform Traffic Control Devices (MUTCD) establece la necesidad de uniformidad en los dispositivos de control del tránsito para proteger a conductores y peatones. Pintar muros y estructuras públicas con colores no reglamentarios puede generar confusión y poner vidas en riesgo.
Pero la saga azul no terminó ahí. El viernes 12 de julio, tras una intensa ola de críticas en redes sociales, el alcalde se vio forzado a retirar la emblemática silla gigante del Mirador del Lago. Esta silla, originalmente decorada con los colores de la bandera de Cidra, había sido repintada totalmente de azul, provocando una oleada de indignación ciudadana.
La reacción no se hizo esperar. Cientos de personas —residentes y cidreños ausentes— se expresaron en redes sociales con denuncias, memes y reclamos. La silla representaba un símbolo entrañable de identidad y orgullo local. Gracias a la presión colectiva, el municipio colocó una nueva silla, esta vez con un diseño distinto y colores más diversos. Fue una victoria del poder ciudadano frente a decisiones arbitrarias.
Como si fuera poco, el lunes 14 de julio Cidra amaneció despojada de una de sus bellezas naturales: una hilera de árboles frondosos fue talada sin anuncio público a la entrada principal del pueblo, frente a la Cooperativa Cidreña. Estos árboles brindaban sombra, oxígeno y refugio a aves como las cotorras quaker. La tala, realizada por el municipio de Cidra un domingo, parece haber sido planificada para evitar atención.
Ante esta afrenta ambiental, el Comité Despertar Cidreño radicó una querella ante el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), registrada bajo el número 2000-2570600296. Según la Ley de Bosques de Puerto Rico y el Reglamento 25 del DRNA, cortar árboles en terrenos públicos sin autorización es un delito ambiental. Esperamos que la agencia actúe con la diligencia y severidad que exige la ley.
Frente a estas decisiones unilaterales, un grupo amplio de ciudadanos ha convocado un Acto de Afirmación Cidreña para el viernes 8 de agosto desde las 7:00 a. m., frente a la alcaldía. No es una protesta de confrontación, sino un acto de amor por Cidra. Un gesto colectivo de dignidad y resistencia ante acciones que han herido nuestra memoria, identidad y ambiente.






