Justicia Social
Por Roberto Torres Collazo
Para Prensa Sin Censura
André y Mano fueron encontrado muertos el 29 de mayo. Ambos vivían en la calle y murieron a causa del frío en Porto Alegre, Brasil.
Fallecieron un día después que el municipio le quitó las frazadas y colchones para desalojarlos de debajo del puente Conceicao. Las duras temperaturas en otoño están oscilando entre 8C/46F y 2C/35F y pueden bajar más a medida que se acerca el invierno lo que aumenta las posibilidades de más muertes de hermanos y hermanas que viven y duermen en las calles.
El municipio de Porto Alegre ha logrado albergar cientos, pero no es suficiente, porque hay 5,546 dejados a su suerte en las calles. La Pastoral do Povo da Rua (Pastoral del Pueblo de la Calle) declaró en un comunicado de prensa que: “No es posible aceptar eso, vamos a tener madrugadas más frías”. Responsabilizó a las autoridades: “Los gobiernos estatales y federales fallaron, más en el área social es del ayuntamiento”.
En San Pablo hay una zona llamada despectivamente Cracolandia, donde habitan alrededor de 1300 desamparados, son frecuentemente reprimidos e intimidados por el gobierno estatal y poderosas agencias de Bienes Raíces, los medios de comunicación comercial los criminalizan, los políticos les hacen promesas que no se cumplen. Son oprimidos y oprimidas, si son trans, doble opresión por ser pobre y trans y si es negra, peor, triple opresión: pobre, trans y negra.
Está muy extendida la aporofobia, palabra acuñada por la filósofa española Adela Cortina, para expresar el “rechazo, temor, aversión y desprecio hacia el pobre”. Una aporofobia que condena al pobre a la muerte prematura, muertes que pueden evitarse si hay realmente voluntad política. No solamente la muerte física, también estar muerto en vida, ya que esas hermanas y hermanos no tienen unas condiciones mínimas para una nutritiva alimentación, un techo, salud, educación, seguridad y trabajo. Es importante mencionar que esta aporofobia se extiende también hacia las y los indígenas.
Para intentar romper la aporofobia es necesario entender que nadie se levanta de la cama de un día para otro y dice: “hoy comienzo a ser pobre para dormir en la calle”. Se les acusa de ser usuarios de drogas ilegales, este prejuicio olvida que no todos son usuarios de drogas. Muchos han salido de ese mundo y se han hecho profesionales. Dicen, que son personas con enfermedades mentales, pregunto, ¿acaso no hay millones de personas “normales” con trastornos emocionales que tienen que consumir drogas? Y para sumar, en 27 municipios brasileños se han promovido campañas para prohibir alimentar, dar ropa, comida, dinero.
Es importante escuchar activamente las historias de los que nadie escucha. Es vital que se aplique el artículo 11.1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos que establece el derecho a una vivienda digna. Es necesario el desarrollo de más viviendas decentes de bajo costo, es vital la educación en las familias y escuelas, en las redes sociales, en iglesias, centros espiritistas y de espiritualidad africana, en las instituciones, para no solamente darle caridad y comprender a los pobres, sino también para construir colectivamente una sociedad justa e igualitaria. Así se podrá prevenir que los pobres sigan siendo reprimidos, excluidos y muriendo de frío o calor en las calles.
Referencias
Cortina, A. (2020). Aporofobia; el rechazo al pobre. Editorial Paidós: México.
Escobar, P. (2021). O Jesus das Ruas; na trajetória do pe. Júlio Lancellotti, conversas com Paulo Escobar
Lancellotti, J. (2021). Amor á Maneira de Deus. Editorial Planeta: Brasil.
Vannuchi, C. & Camargo, de S. (2022). Fome; como enfrentar a maior das violências. Editora Discurso Direto: Brasil.
(El autor es puertorriqueño y miembro de la Pastoral Social en Brasil)

