Musas
Por Ignacio Morales-Borges
Para Prensa Sin Censura
Si pierdo la memoria, quiero la misa sonando. No deseo extraviarme entre muros edificados con meros propósitos punitivos. Han arrebatado los aires de mi inspiración, mas no puedo combatir el tiempo, la soledad, el aislamiento.
Cargo el peso de cien elefantes en la espalda y camino agobiado entre sueños desterrados que me acompañan al andar.
Antes, quiero esculpir estatuas de palabras, abolir el pasado escalando pensamientos poéticos exaltados de bienaventuranza, regocijo y felicidad, vagar con sentido, y explorar el alma donde se unen el cielo y el mar recitando poemas a las aves.
Así, anhelo ser reto que presente la vida para engrandecer la voluntad a quebrar todo obstáculo que se muestre ante mi persona.
Aspiro a convertirme en esa alegría carismática que alimente, a todo ser viviente, las fuerzas para continuar adelante sin la pesadumbre a morir huérfano de amor.
Pero, si pierdo la memoria, quiero ser el sonsonete que trastorne mis sentidos de pasión, ser el loco más loco que, colmado de amor, se entregue a cada interpretación.
En fin, creo que, si pierdo la memoria, es posible que así sea feliz. Hoy mi corazón desvanece en soledad, mas mi alma se oscurece con cada anochecer.
Si pierdo la memoria, seguramente el mundo me verá como un hombre desquiciado, exánime y debilitado, mientras internamente mi cuerpo proseguirá su baile hasta ese momento justo que se detenga el son de mi tambor.
(El Autor es poeta y es parte de la comunidad del Instituto Universitario y de Bellas Artes del Complejo Correccional de Bayamón.)

