‘La cultura no se vende, se protege’

Cultura–Opinión

Reacción a los comentarios en las vistas públicas del Proyecto del Senado 273, presididas por Marissa Jiménez.

Por Marisel Flores Carrión

Presidenta del Capítulo del ICP de ProSol-UTIER

(San Juan, PR, 16 de mayo de 2025) – Resulta alarmante escuchar, de manera reiterada, a senadores y senadoras insistir en que el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), como corporación pública, debería autofinanciarse.

Esta afirmación parte de una premisa errónea. La Ley 89 de 1955, que crea al ICP como una corporación pública, no impone tal obligación. Al contrario, el Gobierno de Puerto Rico ha intervenido históricamente para rescatar financieramente otras corporaciones públicas, como la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados o la Autoridad de Energía Eléctrica, reconociendo su importancia para el bienestar del país. ¿Por qué no se extiende el mismo criterio a una entidad que custodia los valores culturales e históricos de Puerto Rico?

Durante las vistas, se presentó como modelo ejemplar a la Administración de Compensaciones por Accidentes de Automóviles (ACAA), una corporación pública que ofrece pólizas de seguro y que ha demostrado solidez financiera.

Sin embargo, equiparar una agencia cuya misión es comercial y está basada en transacciones económicas con el ICP, cuya razón de ser es la protección del patrimonio cultural, es desconocer la naturaleza misma de la cultura. La cultura no se vende, se protege. No genera ganancias, genera conciencia, identidad y bienestar colectivo.

“La cultura no se vende, se protege. No genera ganancias, genera conciencia, identidad y bienestar colectivo”.

Marisel Flores Carrión

La inversión en cultura no se mide en dólares. Se mide en felicidad, en arraigo, en sentido de pertenencia. Su retorno no es económico, sino social, educativo y emocional. Quienes proponen la eliminación o absorción del ICP bajo la estructura del DDEC están atentando contra ese bien común que es el patrimonio cultural.

Deberán atender bien la parte de los endosos y permisos ya que estan dando ejemplos que carecen de veracidad. Los endosos y opiniones que se han expresado a favor de proteger los yacimientos arqueológicos, la arquitectura histórica y las expresiones culturales no son meras formalidades. Son llamados de alerta. Son expresiones de un país que protege su historia, que quiere preservarla y compartirla con el mundo.

El intento de justificar este proyecto con comparaciones inadecuadas revela una profunda ignorancia —o peor aún, una peligrosa indiferencia— hacia el valor de lo que nos hace únicos como pueblo. Vergüenza debería darles a quienes, desde su privilegio legislativo, desprecian la riqueza cultural del pueblo al que dicen representar.