Radiografía del desastre en el servicio esencial de la energía eléctrica

Análisis

José Alayón

Para Prensa Sin Censura

Uno de los elementos más destacados del capitalismo es el individualismo o como expresan algunos el Self Made Man o la persona que se hace así misma.

Este planteamiento contradice esa naturaleza social o gregaria de los seres humanos, pues necesitamos de las otras personas. Esto permite que los que han alcanzado algún bienestar dentro de ese sistema, se desconecten de la realidad del prójimo que los rodea.

Los procesos de privatización son diversos y en algunos países han desarrollado formas para estos sean socializados o sea, que quede en manos del gobierno mediante cooperativas que asumen el control de el mismo. En Europa existen varios ejemplos de esto.

Sucede que en la alternancia bipartidista en nuestro país, gobernadores colocaban a directores en la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) que solo se interesaban por convertir esa corporación pública en un batatal del partido de turno y no colocaron verdaderos administradores para hacer más eficiente esta corporación pública.

La AEE tenía el potencial y la infraestructura para desarrollar esta corporación pública y ampliar los servicios que ofrecía. Con la venta de la Telefónica, la AEE podía incrementar sus ganancias ofreciendo servicios de telefonía, Internet y cable tv. Esto hubiera significado mayores ingresos para esta corporación y beneficios para el pueblo, pero los mismos que hablan de libre mercado, sabían que esto era posible y que afectaría sus privilegios, así que echaron a un lado eso (la AEE tenía la infraestructura o los postes y contaba con permisos federales para esto). Esto hubiera creado nuevos empleos y hubiera mitigado el impacto de la reducción de clientes comerciales luego del impacto causado por la eliminación de las 936. Pero los directores solo respondían a intereses partidistas.

Para colmo, durante la gobernación de Luis Fortuño Burset (el mismo que puso en manos privadas las autopistas y que recibe gancias de Metropistas) decide endeudar a su máxima capacidad a esta corporación pública, para subsidiar bajas artificiales en la factura eléctrica (como sucedió con comunidades como Harlem en Nueva York que Venezuela subsidió el combustible para calefacción a precios mucho más baratos, a Puerto Rico le ofrecieron petróleo barato, pero los miedos colonialistas de los gobernantes de turno no lo aceptaron). Entonces, la mala administración endeudó la corporación y a eso se suman los problemas con el flujo de efectivo.

Como el mal no estaba en la sabana, contrataron a Liza Donahue para analizar la situación fiscal de esa corporación y le diera la famosa solución: privatización. Eduardo Bhatia fue el que demonizó la AEE peleando con el famoso Cartel del Petróleo (como Don Quijote que veía gigantes y eran molinos) y culpando a la UTIER por el caos en la corporación pública, cuando fueron sus administradores los culpables de la crisis fiscal.

Como ya no había más acceso a los mercados para tomar más deuda, acuden al Congreso que les eliminó el derecho a la quiebra durante la administración de Ronald Reagan, para salir del impago, que amenazaba con demandas de sus acreedores. El Congreso actuó de forma mezquina y poco sensible, pues la Ley Promesa no es solo quiebra, sino la imposición a su colonia de una inhumana receta neoliberal, mediante la dictadura de la Junta de Control Fiscal (recordemos que una dictadura controla las tres ramas de gobierno del sistema republicano de gobierno y hasta tiene el poder de derogar leyes).

Llega el huracán Maria e hizo destacar las condiciones en que se encontraba la AEE, sin materiales en el almacén para sus trabajadores. Se asignan billones para la reconstrucción pero estos fueron condicionados a la privatización de la AEE y nadie mejor que las administraciones PNP para para hacer este trabajo (aunque encontraron aliados en el PPD.)

El monstruo que tenemos hoy tiene la bendición de la Junta de Control Fiscal y del gobierno de derecha, que van a hacer un show mediático como que buscan sacar a LUMA y esta privatizadora ni siquiera un regaño recibe.

Foto/LUMA Facebook

Deja un comentario