Por: Dr. Ramón Nenadich Deglan’s
Presidente Estado Nacional Soberano de Borikén
Borikén es el nombre arahuaco antiguo de nuestra tierra. En la época en que gobernaban este archipiélago antillano nuestros antepasados indígenas, existió una soberanía originaria delimitada por las fronteras marítimas de las islas.
Aun cuando alguien pudiera contradecir esta afirmación, alegando que ese concepto nació en Europa, porque a los reyes y reinas se les llamaba soberanos, lo cierto es que ese término evolucionó con el tiempo, definiendo como soberanos a los pueblos que ejercen su dominio sobre un territorio definido.
De modo, que Borikén fue una nación que ejerció soberanía sobre varias de las islas circundantes, e incluso sobre la parte llamada del Higüey de lo que es hoy la República Dominicana, ya que hasta allá llegaban los dominios de Agüeybaná el Viejo, así como del Joven.
Esta soberanía autóctona fue subsumida históricamente por la invasión y ocupación militar beligerante del gobierno real de Castilla, a partir de 1493 en Ayiti, con la guerra de liberación de los pueblos indígenas de ese país contra los usurpadores extranjeros, la cual tuvo una duración de 15 largos años. En el 1508, luego de terminado el conflicto entre castellanos y arahuacos de Ayiti, Juan Ponce de León arribó a las costas de Borikén con la encomienda de parte del rey Fernando I de Aragón, de asumir la gobernación de nuestro archipiélago.
Sin embargo, este proceso no fue tan sencillo debido a que la población de Borikén era bastante grande, sobre un millón de arahuacos, y mucho más cohesionada que la de Ayiti en ese momento. Ante esta situación, a Ponce no le quedó más remedio que hacer un tratado con el régulo mayor de Borinkén, Agüeybaná el Viejo.
A este acuerdo le he llamado el Pacto del Guaytiao, porque en él se establecieron los preceptos que regularían las relaciones entre los advenedizos extranjeros y los arahuacos. Sobre este particular dice la Dra. Loida Figueroa en su libro Breve historia de Puerto Rico lo siguiente:
“Lo que está claro en el relato es que en el yucayeque de Guainía Ponce de León y Agüeybaná (el Viejo) sostuvieron una célebre conferencia. Ponce ofreció ayudar a los aruacos en su lucha contra los caribes y Agüeybaná prometió levantar un conuco a Su Alteza, el rey de España. El régulo principal de la Isla dio el visto bueno para que Ponce hiciese un asiento de españoles en el sitio que él escogiese y le prestó naborias para las labores de la fundación. Claro que estas concesiones no significaban que se le estuviese cediendo a los españoles derechos algunos de soberanía”. (Énfasis suplido.)
En otras palabras, si Agüeybaná no le cedió a Juan Ponce ningún derecho de soberanía, fue porque Borikén era un país soberano. Lo que ocurrió, luego de una guerra de resistencia contra los castellanos, que duró más de 70 años, fue que la soberanía originaria boricua fue desplazada por la de Castilla.
No obstante, existe un principio fundamental de la guerra que señala que: Bajo una ocupación militar beligerante, el ejército invasor jamás adquiere soberanía sobre el territorio invadido. Así que España nunca tuvo soberanía sobre Puerto Rico. A estos efectos dice el Dr. Francis A. Boyle, catedrático de derecho internacional en la Universidad de Illinois en Champaigne lo siguiente:
“…bajo las leyes de la guerra, la soberanía nunca fue transferida del derrotado soberano a los ocupantes beligerantes yankys que invadieron a Puerto Rico” en ese año. Con relación a este asunto añade Boyle que: “Esto queda meridianamente claro en el párrafo 353 del Manual de Campo del Ejército de los Estados Unidos 27-10 (1956)”. Según éste: La ocupación beligerante en una guerra extranjera, que esté basada en la posesión de territorio enemigo, necesariamente implica que el soberano del territorio ocupado no está sometido a la potencia ocupante. La ocupación es esencialmente provisional.
Boyle agrega que no cabe ninguna duda con relación a este punto y para confirmarla cita el párrafo 358 del Manual de campo, el que dice: La ocupación no transfiere soberanía.
Al ser una guerra incidental, la ocupación militar les confiere a las fuerzas invasoras los medios para ejercer control por el periodo de la ocupación. La misma no transfiere la soberanía al ocupante, sino simplemente la autoridad o el poder de ejercer algunos de los derechos de soberanía. El ejercicio de estos derechos, resultan del poder establecido del ocupante y de la necesidad de mantener la ley y el orden, indispensables ambos para los habitantes y la fuerza ocupante…
Según el Dr. Boyle, “el gobierno de los Estados Unidos no ha tenido nunca ninguna “soberanía” sobre Puerto Rico y los puertorriqueños.” Y como España tampoco tuvo soberanía sobre Borikén y los borikeños, entonces, somos un pueblo inherentemente soberano, cuya soberanía ha sido desplazada por ambas potencias ocupantes beligerantes.
Para el Dr. Boyle, “los ladrones genocidas españoles nunca tuvieron ninguna soberanía sobre Puerto Rico y los puertorriqueños para empezar, en orden de transferir nada a los pillos yankys genocidas por medio del ilegal Tratado de París de 1898 el cual fue firmado bajo amenaza de guerra.
Finalmente el Dr. Francis A. Boyle dice lo siguiente:
“En Puerto Rico la soberanía ha estado siempre y aún permanece en las manos de los puertorriqueños. El régimen legal descrito arriba continuará hasta tanto los Estados Unidos permanezcan como los ocupantes beligerantes de Puerto Rico. Sólo cuando esa ocupación beligerante de Puerto Rico por los Estados Unidos sea terminada en los hechos podrán los puertorriqueños tener la oportunidad de ejercer sus derechos legales internacionales gemelos de (1) soberanía y (2) libre-determinación mediante unas elecciones libres, justas, democráticas, sin coerción y legítimas”.
Si se parte de esta opinión legal del Dr. Boyle, es necesario concluir sobre este asunto, que la Nación Boricua ha sido y es la soberana, fundamentalmente, sobre su tierra, según el derecho internacional. Lo que ocurre es que ésta se encuentra sometida a una ocupación militar beligerante, la cual no otorga soberanía al ocupante. Así las cosas, queda claro que todas las leyes que el gobierno de los Estados Unidos nos ha impuesto son ilegales, incluyendo el gobierno colonial interno. Entonces, ante esta situación ¿qué debemos hacer?
En primer lugar, reconocer que somos un pueblo soberano e independiente, cuya soberanía se encuentra conculcada por el gobierno de los Estados Unidos, que es una potencia invasora e interventora.
En segundo lugar, que tenemos pleno derecho a restaurar nuestra soberanía, que en estos momentos se encuentra desplazada por la invasión militar beligerante de ese país extranjero.
Tercero, que durante más de 126 años esa potencia nos ha sometido a un régimen colonial que ha sido declarado ilegal por la Organización de Naciones Unidos a través de la Resolución 1514(XV) del 14 de diciembre de 1960.
Cuarto, que durante todos esos años el gobierno invasor estadounidense no ha hecho nada para resolver este problema que ellos crearon.
Quinto, que los partidos políticos coloniales no han tenido la voluntad ni la capacidad de resolver este asunto que es de vital importancia para el futuro de nuestro pueblo.
Sexto, que ante todo el desastre que representa el régimen colonial que padecemos y la incapacidad de los políticos de oficio para enfrentar esta realidad es necesario que sea el pueblo quien se tome la iniciativa de resolverlo.
Séptimo, es por esto que proponemos la convocatoria a una Asamblea Constituyente Ciudadana y Soberana para darle a nuestro pueblo una verdadera Constitución cuyo propósito principal sea el de restaurar nuestra soberanía nacional boricua y establecer un gobierno democrático, libre e independiente.
Proponemos que esta Asamblea Constituyente Ciudadana Soberana se realice en diez regiones alrededor de la Isla Grande. La primera está convocada para llevarse a cabo en Aguadilla el sábado 26 de abril a partir de las 9:00 a.m. Luego les informaremos el lugar donde se realizará la misma. Las siguientes se podrán poner en calendario según el interés que demuestren quienes residan en las demás regiones que hemos establecido preliminarmente:
Se sugiere que dividamos nuestro Archipiélago en 10 Regiones, a saber: Noroeste, integrado por los siguientes pueblos: 1. Aguadilla (será la sede regional), Quebradillas, Isabela, San Sebastián, Moca, Aguada y Rincón; 2. Oeste, integrado por Mayagüez (será la sede regional), Añasco, Hormigueros, Cabo Rojo, Las Marías, Maricao, San Germán, Lajas, Sabana Grande y Guánica; 3. Región Sur integrada por: Ponce (será la sede regional), Yauco, Guayanilla, Peñuelas, Juana Díaz, y Villalba; 4. Región Sureste integrada por Guayama (será la sede de la región), Santa Isabel, Coamo, Salinas, Arroyo, Patillas y Maunabo; 5. Región Este integrada por, Humacao (será la sede regional), San Lorenzo, Las Piedras, Yabucoa, Naguabo, Ceiba, Fajardo, Vieques y Culebra; 6. Región Noreste, integrada por Carolina (será la sede regional), Luquillo, Río Grande, Canóvanas, Loíza; 7. Región Metropolitana integrada por: San Juan (será la sede regional), Trujillo Alto, Guaynabo, Cataño, Bayamón, Toa Baja, ToaAlta, Naranjito, Corozal y Dorado; 8. Región Norte integrada por Arecibo (será sede regional), Vega Alta, Vega Baja, Manatí, Florida, Barceloneta, Hatillo y Camuy; 9. Región Central Este integrada por Caguas (será la sede regional), Cayey, Gurabo, Aguas Buenas, Cidra, Aibonito y Barranquitas; 10. Región Central Oeste integrada por: Utuado (será la sede regional), Morovis, Orocovis, Ciales, Jayuya, Adjuntas y Lares.
Todas las personas que estén interesadas en sumarse a este esfuerzo para la liberación de nuestra patria pueden comunicarse con nosotros:
Comité Organizador:
Freddy Badillo 787-360-9722 / David Cupeles 787-459-1263 / Evelyn Alicea 787-237-4781 / Luis Pellot 717-538-5752 / Germán Ramos 787 519-3051 / Ramón Nenadich 787-955-3386 / Juan de Dios del Valle 787-996-9626
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