Mirada a los Hermanos Curtis, ganadores del Grammy, desde los ojos de su Madre

Nota del Editor: esta nota es posible gracias al contacto del amigo Jorge Fuentes Viera.

JAIME TORRES TORRES 

Prensa Sin Censura 

El viernes ya estaba de pie a las 7am en el frío estado de Connecticut.

Abigail Rodríguez deseaba compartir la dicha de sus hijos Zaccai y Luques Curtis: el Grammy a mejor álbum de jazz latino por la producción “Cubop Lives!”

La entrevista telefónica se originó en el programa Trinchera Cultural que transmite el medio independiente de radio digital prensasincensura.mixlr.com

Abigail, cuya familia es oriunda de Hatillo aunque ella nació en Arecibo, dijo que el triunfo de sus hijos es resultado de su respaldo como padres.

Cuando los niños cumplieron 4 años, motivados por su hermano mayor Damian, su esposo Ted y ella los matricularon en clases de piano.

El viaje tuvo como primera escala la música clásica; luego la salsa y actualmente el jazz.

“A los 10 y 11 años decidieron tocar salsa con Joe Vélez y Ray González. Comenzaron con música clásica y terminaron en el jazz, colaborando con músicos latinos. Nuestra cultura es muy importante. Ellos son puertorriqueños y mantienen su cultura”.

Abigail recuerda que los sábados se trasladan de Windsor, Connecticut para llevar a Zaccai a cursar sus clases de piano, gracias a la Beca Charlie Palmieri que recibió por tres años consecutivos.

“Todos los sábados lo llevábamos a que estudiara con Oriente López y Alfredo Valdés”, revela Abigail al añadir que su esposo Ted, afroamericano con raíces en San Martín, los expuso a la diversidad de la salsa y el latin jazz.

La madre tampoco olvida la influencia de los hermanos Jerry y Andy González en sus hijos. Hoy les agradece su guía y orientación a Zaccai y Luques.

“Estuvieron con ellos; los conocieron bien y los ayudaron a mantenerse enfocados en la música latina. Jerry, Andy, Manny Oquendo y también Tito Puente”, recuerda feliz Abigail al acotar que los fines de semana su casa se convertía en una academia a la que varios niños llegaban a tocar con Damian, Luques y Zaccai, graduados de la Universidad de Harford, Connecticut; de Berklee College of Music y del Conservatorio  de Nueva Inglaterra en Boston Massachusetts, respectivamente.

De igual manera el legendario Eddie Palmieri  ha sido un mentor para sus hijos. Zaccai y en particular Luques se han desarrollado bajo la tutela y consejos del Sol de la Música Latina, al presente retirado de los escenarios por recomendación médica.

“Siempre mi marido y yo llevábamos a los muchachos a los conciertos. Hablaban y se comunicaban con los músicos. Había un respeto entre Eddie y los muchachos. Cuando estudiaron en la universidad y empezaron a tocar en ocasiones abrían para ellos. Nosotros queremos a Eddie como familia. Es familia para mis hijos porque los quiere mucho”.

El Grammy norteamericano recibido días atrás, en una categoría en que estuvieron nominados Chucho Valdés, Michel Camilo, Gonzalo Rubalcaba y Eliane Elias, entre otros.

“Chucho Valdés es muy respetado por nosotros. Chucho nos llevó a Cuba. El grupo de niños que se reunía aquí fue a Cuba. En 1997 nos recibió y enseñó mucho de la música latina. Esos niños aprendieron mucho cuando fueron a Cuba. La experiencia fue grande”.

Zaccai, junto a su hermano Luques y sus compañeros Camilo Molina, Reinaldo de Jesús y Willie Martinez III, se alzaron con el Grammy con un concepto que precisamente celebra la influencia del Cubop, el encuentro del bebop de Dizzy Gillespie con la cadencia afrocubana de Chano Pozo, como fundamento del jazz latino.

El disco, distribuido por Truth Revolution, consiste de composiciones de Zaccai y de nuevas versiones de estándares de Thelonious Monk, Dizzy Gillespie, Kenny Dorham, Charlie Parker y los puertorriqueños Noro Morales y Hilton Ruiz.

Hoy Abigail Rodríguez, apodada Abby, reconoce que el Grammy es fruto de la disciplina, el respaldo de los padres a sus hijos y, sobre todo, del poder de la Fe.

“Hemos de respetar los sueños de nuestros hijos. Hay que quererlos y amarlos con todo el corazón y entender que ellos también son un regalo de Dios para nosotros”.

Y lo sustenta con las experiencias espirituales de antaño porque Damian, Luques y Zaccai se criaron en el seno de la iglesia.

“Cuando niños iban a la iglesia cristiana. Todo era en español. Allí aprendieron los coritos y la música cultural. Mis padres les hablaban en español cuando eran pequeños”, concluyó la bendecida madre de los Hermanos Curtis.

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