La importancia de la voz de la Iglesia Católica en el conflicto palestino-israelí  

Por Pablo Francisco Cruz-Azize

Para Prensa Sin Censura

Conocemos o debemos conocer el origen del actual conflicto violento en la Tierra Santa ocupada: un grupo de judíos originarios principalmente de Europa oriental e invocando la ideología sionista decidieron restaurar la soberanía judía en la Tierra Santa y desplazaron en el proceso a la nativa población palestina de origen árabe (y mezclada posiblemente, me gustaría pensar, con las poblaciones hebreas más antiguas). 

Muchos han dado ya su opinión, usualmente a favor o en contra de una de las partes: judíos, musulmanes, protestantes, liberales, comunistas, racistas, entre otros. Creo (más que nada por mis propios sesgos religiosos) sin embargo que hace falta oír una voz muy importante: la voz profética de la Iglesia Católica. No convencerá a todos ya que no todos creen en la veracidad de sus doctrinas pero ofreceré razones por las cuales creo, al menos como cristiano, que la perspectiva de la Iglesia debe tomarse en cuenta. Aclaro que no soy experto en doctrina católica, pero creo que por haber estudiado e investigado los temas en cuestión puedo dar una opinión informada. 

El valor religioso de la Tierra Santa

La región entre el Mediterráneo y el Jordán es muy importante en la religión cristiana y ha tenido varios nombres: Canaán, Israel y Palestina. Allí vivió el Israel viejo (que NO es el estado moderno de Israel, como se explicará con mayor detalle más adelante) y nació Jesús, quien según enseña la Iglesia es el Hijo de Dios enviado como Mesías y Salvador. Allí Él vivió, murió, resucitó y fundó Su Iglesia. La historia de la Tierra Santa está pues conectada a la historia de la Iglesia y tiene la Iglesia un interés legítimo en la protección de los Santos Lugares asociados a la vida de Jesús y en la protección de los peregrinos que los visitan. 

La presencia de cristianos en la Tierra Santa

Los peregrinos cristianos no son los únicos cristianos en la Tierra Santa: hay cristianos que por siglos han vivido en la región. Son una minoría entre la población musulmana y judía, pero existen. Son en su mayoría ortodoxos pero también los hay católicos. Las guerras y el conflicto en general han sido sufridos por ellos y constituyen una amenaza para su permanencia en la Tierra Santa. Su sufrimiento es o puede ser doble: el despojo del sionismo que les arrebata sus tierras y el peligro del islam, cuyos creyentes no siempre son respetuosos con los cristianos o con sus aspiraciones (se dice que los propios cristianos palestinos sin embargo evitan hablar de este peligro por temor a que los cristianos occidentales apoyen a Israel por miedo al islam). El caso de las aldeas palestinas de Icrit y Kafr Birim ilustra cómo los cristianos fueron expulsados de sus hogares al igual que sus compatriotas musulmanes.

La importancia del derecho de gentes y la guerra justa

La guerra es trágica pero a veces necesaria en la lucha por la legítima defensa y la justicia: así lo reconocieron los teólogos medievales que desarrollaron la teoría de la guerra justa para limitar los males propios de los conflictos armados. Los teólogos católicos también desarrollaron los principios de un “derecho de gentes” para regular las relaciones entre naciones: fueron la base del derecho internacional moderno, al cual fueron incorporados también los principios de la guerra justa. 

​Israel no ha respetado los principios de la guerra justa: por eso mueren tantos civiles palestinos. La violación de los principios ha sido de ambas partes: los ataques “terroristas” de la resistencia palestina también han matado civiles. Puede ser mucho pedir que un estado de judíos y una resistencia de musulmanes se adhieran a una teoría de guerra justa según los principios de una religión que no profesan, pero como quiera NO tienen excusa porque hay unas leyes morales naturales y unas leyes positivas internacionales que deben seguir para evitar el mayor daño posible a los no combatientes. Las condenas del papa Francisco a los crímenes de guerra en Gaza son parte de la voz profética de la Iglesia, necesaria para evitar o minimizar atrocidades futuras. 

La mitigación del sentimiento antijudío

La acción criminal de Israel en la reciente guerra en Gaza ha causado la indignación internacional. Algunos críticos han visto en el judaísmo el origen de la mentalidad sionista que motiva estas atrocidades, sea por una mal interpretación del Pentateuco Bíblico (la Torá judía) o por los pasajes de libros como el Talmud y el Zohar que según dicen exaltan la superioridad de los judíos respecto a las demás naciones. Esto naturalmente ha causado un aumento en el sentimiento antijudío, cuya peor manifestación puede ser el antijudaísmo racial (contrario a lo que enseña la Iglesia). La comunidad judía teme legítimamente las represalias violentas inspiradas en los sentimientos antijudíos. 

La voz profética de la Iglesia puede alzarse para denunciar también este abuso, como ha ocurrido ya durante dos mil años. La Iglesia denunció siempre la negación judía del carácter mesiánico y divino de Jesucristo y por eso sufrió desde el principio la persecución de los judíos como consta en el libro de los Hechos de los Apóstoles, pero no por eso la Iglesia predicó oficialmente el abuso antijudío. Los cristianos sí impulsaron la severa separación legal y social de los judíos una vez alcanzaron el poder político y sí hubo además cristianos que formaron turbas para atacar a los judíos. Los cristianos cómplices de los injustos ataques contra los judíos no obraban según la Iglesia, que al menos defendía (si bien el clero favoreció la separación legal por considerarla conveniente para los cristianos) el derecho de los judíos a la vida y establecía que ellos debían convertirse al cristianismo voluntariamente. Conviene pues que la Iglesia llame a evitar la violencia antijudía.

La clarificación de los pasajes bíblicos usados para apoyar a Israel

Muchos que se dicen cristianos apoyan como quiera a Israel, a veces de forma incondicional. Responde este apoyo en parte a un legítimo miedo al islam, ya que los musulmanes se destacaron hace siglos por combatir contra los cristianos y conquistar sus tierras y hoy día han también perpetrado actos de violencia político-religiosa. Hay sin embargo otro motivo tras este apoyo: la creencia de que Israel es el Pueblo Elegido de Dios y que debe vivir en la tierra que Dios le prometió. 

No parece mal fundada pues se basa en la Biblia, pero el Israel moderno NO es el Israel del Antiguo Testamento. La Iglesia Católica reconoce que Dios eligió a Israel para darle la Fe y para que de ahí surgiera Jesús, pero ha enseñado también que el nuevo Israel es la propia Iglesia a la cual todos los pueblos que acepten la Fe universal pueden unirse. 

Esta es una de varias clarificaciones que convendría hacer respecto a la interpretación de los textos de la Biblia, textos que muchos protestantes o judíos sionistas interpretan para dar justificación divina al moderno estado de Israel y a su proyecto sionista. Muchas personas, desprovistas de la Tradición de la Iglesia, no comprenden el contexto de algunos textos. Un ejemplo son los de la ley del anatema, según los cuales Dios ordenó al Israel viejo el exterminio de los pueblos cananeos, responsables de graves pecados. Ha sido usada por los sionistas para justificar el abuso genocida contra los palestinos. La Iglesia Católica contribuiría proféticamente al explicar que leyes como esas fueron dadas por Dios para un momento específico y que ya no tienen validez.  

Muchas otras cosas podría decir la Iglesia para corregir el mal uso que se hace de la Sagrada Escritura, pero lo importante es que la Biblia no debe usarse para justificar el abuso contra los palestinos y su expulsión de la tierra. Aquellas creencias sionistas que utilizan la Biblia para justificar el apoyo a Israel provienen de las enseñanzas protestantes o judías y no de la enseñanza católica. 

La mitigación del sentimiento “apocalíptico”

Las Sagradas Escrituras contienen profecías sobre los Últimos Tiempos y hacen referencia a guerras y otros males. Algunas personas creen que el Israel moderno y las guerras a él asociadas representan el cumplimiento de estas profecías. Los pastores protestantes son especialmente vocales, aunque hay también rabinos judíos que predican sus interpretaciones propias de las profecías. Muchos creyentes podrán pensar que si el mundo pronto va a acabar, realmente no vale la pena hacer nada por solucionar el conflicto en Tierra Santa ni por continuar trabajando por el bien de la patria y del mundo que la rodea. 

Mis lecturas sobre la escatología católica motivados por preocupaciones relacionadas me han permitido ver que la actitud de estos creyentes no es tal vez la correcta o la más adecuada. He aprendido que realmente el Juicio Final puede ser adelantado o retrasado según nuestras acciones: por tanto, debemos seguir el ejemplo de Jesús que pasó su tiempo en la tierra haciendo el bien. Hacer el bien puede incluir involucrarse en la resolución de los problemas de la patria o de los conflictos internacionales. La preocupación de la inminencia del “Fin del Mundo” no nos debe impedir hacer el bien posible… y tal vez así ganar algún tiempo de gracia más antes del Final. 

Conclusión 

Convencer a otros de la verdad católica para que tomen más en serio la voz de la Iglesia lo creo necesario, pero es tema aparte: he demostrado al menos su importancia como cristiano. Puede que la Iglesia no pueda hacer mucho por cambiar el curso de las cosas en la práctica, pero en teoría su voz profética puede hacer la diferencia. Puede que la Iglesia no logre por sí sola resolver el conflicto con una paz justa entre judíos y árabes, pero si alza su voz al menos no podrán los críticos culpar al cristianismo por la aplicación de políticas injustas que nada tienen que ver con la auténtica religión cristiana. 

 

Benjamín Netanyahu y Francisco. Foto/Deia

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