La estrategia de destrucción del estado yanqui: ¿contra quién hacen la guerra Trump y Elon Musk?

Manuel Freytas

IAR Noticias

Abya Yala Soberana

En el establishment de poder de EEUUy Europa se activó la alarma roja. “Trump está destruyendo a EEUU y quiere destruir a Europa». 

Es la síntesis generalizada. Todos coinciden en el resultante: los aranceles de Trump y sus ataques contra el estado yanqui van a desencadenar un «colapso global del sistema capitalista» a corto plazo.

Pero no saben (ni dicen) nada sobre la estrategia de la «demencia ideológica» que guía a Trump y dónde se explica lo que está «haciendo» el demente amarillo con el estado yanqui.

Como síntesis general, la creencia difundida mediáticamente (para consumo mediático de los alienados masivos) es que Trump es un «loco» que vino a destruir al sistema de poder mundial capitalista encarnado en el imperio yanqui.

La pregunta clave: ¿el desequilibrio mental de Trump busca destruír al sistema de poder mundial capitalista? No, absolutamente no. El demente amarillo es un multimillonario que gerencia el estado yanqui al servicio de la concentración capitalista de riqueza en pocas manos y por el dominio globalizado del sistema capitalista a escala planetaria.

En resumen, para entender racionalmente la locura imperial extrema de Donald Trump, hay que comprender cómo funcionan las dos ideologías internas dominantes (polarizadas y en guerra) del imperio yanqui:

1) la ideología de la «derecha nacionalista antiglobalista» que representan Trump y los conservadores (y su ladero Elon Musk), y que está en guerra interna contra la «elite globalista» representada en los demócratas «progresistas» de Biden (ambas son el imperio yanqui capitalista) .

2) para la demencia ideológica delirante de Trump (y la ultraderecha nacionalista yanqui), la «elite globalista» (liderada por Soros y Bill Gates) es una extensión del comunismo soviético «infiltrado» en el mundo occidental y en el estado imperial norteamericano.

En consecuencia, cuando Trump elabora decretos oficiales y estrategias de expulsión y deportación en masa de inmigrantes, o para el exterminio del movimiento ‘woke’ y la ideología de género, así como regulaciones y leyes de reforma del estado (a cargo de ElonMusk) orientadas a eliminar departamentos y direcciones del gobierno federal, no lo hace para destruir al estado yanqui, sino para liquidar y desmantelar a todas las estructuras del estado USA, que según la teoría alucinante de Trump, utiliza la «elite globalista» de Biden y los demócratas para controlar EEUU «desde adentro» y ponerlo al servicio del «comunismo» internacional.

En esta falsa y demencial guerra de derecha imperial vs. izquierda imperial (también utilizada para la manipulación masiva de alienados ignorantes) se fundamenta y adquiere sentido explicativo toda la estrategia operativa “interna» que está ejecutando Trump con el estado imperial norteamericano.

Y hay una razón histórica que justifica la existencia de la «derecha antiglobalista» y de la «izquierda globalista» como resolución operativa de un mismo imperio yanqui. En la década del 70 (del siglo pasado) la derrota de EEUU en la guerra de Vietnam y el fracaso de las dictaduras militares (utilizadas por EEUU) activaron la aparición de una democracia imperial yanqui.

El proyecto, impulsado a través de la comisión trilateral por Rockefeller y el gobierno demócrata de Jimmy Carter (con Henry Kissinger y Zbigniew Brzezinski como ideólogos principales), buscaba sustituir al dominio directo con poder duro de las dictaduras militares, por el dominio persuasivo con poder blando de la democracia con elecciones y voto popular, exportada a las periferias de países sometidos.

En la década del 80, el dominio yanqui con las dictaduras militares (en la periferia y el patio trasero) comenzó a ser sustituido gradualmente por el dominio con la democracia imperial yanqui. Y el sistema político reemplazó a los militares en los gobiernos coloniales de América Latina y el Tercer Mundo.

En este contexto, la USAID (organización de la CIA hoy eliminada por Elon Musk) comenzó a financiar a las ONG que impulsaban el «dominio democrático», con las organizaciones ecologistas , feministas, de la diversidad, de la igualdad de género, del pacifismo y los derechos humanos, del asistencialismo y la «justicia social» impulsadas desde el imperio yanqui, que empezaron a integrar las plataformas y propuestas electorales del progresismo demócrata en EEUU, como en la periferia de los países dominados.

Y comenzó a desarrollarse la guerra interna salvaje entre la «elite globalista» y la «derecha antiglobalista que culminó con la demencia de Trump instalada en el sillón de la Casa Blanca imperial yanqui. Y la película continúa. Por todas las vías, conformando el sustento diario del show mediático, atrapante y masivo, con las andanzas y aventuras discursivas del demente amarillo que no destruyen al imperio yanqui,
sino a la cabeza alienada y masiva de los alienados ignorantes que las consumen como si fuera comida rápida de Mac Donald…

Donald Trump en oración. (Foto muro personal en FB)

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