Vox Populi: mujer narra agonía de su padre en la Casa del Veterano en Juana Díaz

Por Olga Colón

Para Prensa Sin Censura

Mi papá Benjamín Colón, de 94 años, está residiendo en la Casa del Veterano hace 1 año y 2 meses. Tuvimos que llevarlo allá porque necesita asistencia para todo, luego de sufrir una fractura y operación del tobillo.

Antes de esto, era independiente; salía, guiaba, iba a las reuniones con su grupo de amigos y antes del encierro de la pandemia, caminaba dos horas todos los días.

Durante la pandemia, ajustó la caminata a una hora dentro de su apartamento. En el 2023, tuvimos que sacarlo de emergencia de un “hogar” en donde las irregularidades y las restricciones eran la norma. Allí en 3 meses, bajó cerca de 40 libras de peso y obviamente se deterioró físicamente.

Entonces, buscando opciones lo llevamos a la Casa del Veterano, porque desafortunadamente en la sociedad del Siglo XXI, es sumamente difícil cumplir con un trabajo y atender a una persona 24/7, si no se puede pagar ayuda exterior: un cuidador.

En el año que lleva en la Casa del Veterano, se ha caído 6 veces (lo que sabemos, si es cierto, quizás han sido más veces), con fractura de pelvis, golpes en la cabeza, etc. La más reciente, fue el 25 de diciembre de 2024, cuando “celebramos” Navidad en la Sala de Emergencia. La explicación a las caídas por parte del personal es que alegadamente “el residente no llama”.

Lo han encontrado mucho tiempo después en el baño, en el piso o en la bañera, según dicen. Esto es completamente ilógico en un área de Nursing Home, porque precisamente está porque necesita supervisión y asistencia.

En el año que lleva en la Casa del Veterano, se ha caído 6 veces con fractura de pelvis, golpes en la cabeza, etc. La más reciente fue el 25 de diciembre de 2024, cuando “celebramos” Navidad en la Sala de Emergencia.

Sra. Olga Colón

Recién llegado a la Casa del Veterano, se “desapareció” su cartera, con identificaciones, dinero, etc. Su dentadura postiza, que fue un trabajo especial que costó varios miles de dólares porque se ajustó después de una cirugía en la boca por cáncer oral, “también desapareció”.

Sobre la dentadura, la doctora de la institución recomendó que “se dejara sin dientes porque a su edad es mejor que coma una dieta blanda”.

Mi papá comía de todo con sus dientes, y al no tenerlos, bajó más de 35 libras de peso. Durante un año hicimos múltiples gestiones para lograr que se le hiciera una dentadura. No voy a detallar el proceso porque la dejadez, negligencia y falta de sensibilidad de una parte del personal, no tiene límites ni lógica. Para muchas personas y funcionarios las personas mayores pierden “hasta el derecho a masticar y comer”.

Finalmente, en diciembre, logramos que tenga una dentadura y tenga el privilegio “de comer”.

Estos son solo algunos ejemplos del viacrucis y las situaciones que hemos enfrentado y de la falta de empatía mínima hacia las personas mayores.

Recientemente, decretaron la cancelación de las visitas, alegando casos de Covid 19 entre los empleados, volviendo literalmente a las restricciones y limites de una pandemia, con visitas prohibidas.

Solo se puede ver al familiar a través de videollamadas, coordinadas anteriormente y solo lunes y miércoles, en el horario de 1 a 3 p.m.., entre otras restricciones extremas. Ante esto, escribí al Dpto. de Trabajo Social, expuse lo nefasto de estas acciones para la salud mental y física de los residentes, quienes ya viven aislados en un cuarto sin ningún tipo de estímulo cognitivo y social, privándolos de todo contacto con su familia y con el mundo.

Luego avisaron que se podían sacar de la institución por la familia de paseo. Les expliqué por escrito, que está comprobado científicamente el daño terrible que hace a la salud mental y física del ser humano el aislamiento social, la soledad. En el caso de los adultos mayores las consecuencias del aislamiento son más graves todavía, son catastróficas. Lleva a la depresión y la agrava; exacerba las hormonas del estrés, entre otras reacciones, que desatan diversas condiciones mentales y físicas. Además, privar a los residentes de visitas y el cariño de su familia en los días festivos de Navidad, es una crueldad hacia personas que ya viven aisladas en estado de fragilidad.

Próximamente, voy a radicar varías querellas ante la administración y el procurador porque sin ningún estudio ni evaluación neurológica de un especialista, la doctora que estaba a cargo decidió que tiene Alzheimer y lo medicó sin avisarnos.

Él está bien de la mente, solo dificultad para escuchar por un oído. Pero la estrategia es decir que tienen demencia para ejercer el control y que la familia no les crea. Esto es muy común en estos lugares, lo he visto, pero nadie lo denuncia.

Quiero enfatizar, que en adición a denunciar la negligencia y el abuso, que no es algo nuevo, reitero que los adultos mayores son tratados como cosas útiles a las cuales se les saca un beneficio económico.

En nuestro caso Veteranos aporta cerca de $700.00 porque mi papá no recibe pensión, sólo el Seguro Social. Y nosotros aportamos $1,300.00 para completar $2,000.00. Los gastos médicos se cubren de manera privada porque él tiene MMM y todos los servicios, incluidos las visitas de la Dra. Bisonó, de la Casa del Veterano, las facturan a MMM. Al ingresar llevamos todo lo que nos pidieron: ropa de cama, artículos de higiene personal, etcétera.

Los empleados saben de esto y solo llamaron a la prensa porque les tocaron el bolsillo, lo cual es comprensible. Pero no justifica su complicidad, indiferencia y falta de sensibilidad mínima. Mientras, se hicieron de la vista larga porque lo que yo he visto allí es terrible.

Foto/FB Casa del Veterano

Comparto esta breve exposición para levantar la voz por todas las personas mayores de Puerto Rico, que se encuentran en la Casa del Veterano y en otras instituciones en las cuales hay poca o ninguna supervisión y fiscalización por parte de las autoridades concernidas.

La mayoría de las familias en Puerto Rico, quisieran cuidar a sus mayores en sus casas, pero no pueden por diversas circunstancias y por ello se recurre a este tipo de institución. Sin embargo, el trato a nuestros adultos mayores es la pesadilla a la que nadie quiere enfrentarse.

Recordemos que TODOS SEREMOS MAYORES, y que TODOS MERECEMOS UNA VIDA DIGNA, RESPETO, ATENCIÓN, EMPATÍA Y SENSIBILIDAD.

Es hora de levantar la voz y tomar acciones inmediatas y reales para atender a nuestros adultos mayores y detener los ABUSOS.

Foto/FB Casa del Veterano

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