El protagonismo anticolonial de África

Nota del Editor: Segundo de varios artículos sobre sobre el Simposio Internacional en China: “Descolonización y cooperación en el Sur global”.

Por: Sergio Rodríguez Gelfenstein

Publicado por infosurglobal.com

La hipocresía colonial quiere ahora “hacerse cargo del asunto” para “salvar” a África de los males que ellos mismos crearon.

En lo que va de siglo, Francia ha intervenido en Costa de Marfil en 2002, 2004 y 2011, en la República Centroafricana en 2003, en Chad en 2006 y 2008, en Yibuti el mismo año, en Mali en 2013 y fueron artífices junto a sus socios de la OTAN de la invasión a Libia y la partición de Sudán.

Sin embargo, como lo dijo él mismo presidente Macron en marzo del año pasado durante una visita a Gabón «la era de la ‘Francáfrica’ ha terminado», lamentando que todavía se vea a su país como injerencista en los asuntos internos de las naciones africanas. Cuando hizo tal afirmación, había transcurrido poco más de un año desde el inicio de la operación militar especial (OME) de Rusia en Ucrania.

¿Podría decirse que la OME fue causante de la reciente debacle del poder francés en África? Es difícil dar una respuesta terminante en ese sentido, pero, de lo que no cabe ninguna duda es que tal hecho ha tenido una relevante influencia en la decisión de los Estados africanos de alejarse de Francia, lo cual no es más que otra expresión de la crisis estructural de la hegemonía occidental sobre el planeta, sobre todo cuando en sentido contrario, cada vez mayor cantidad de países de ese continente se acercan a China y también a Rusia.

Vale recordar que con el ingreso de Etiopía y Egipto al BRICS, el continente africano sumó tres miembros en ese organismo, más que Europa y América que solo tienen uno y solo por debajo de Asia que cuenta con cinco. De manera tal que el protagonismo de África en el mundo nuevo que está naciendo es de indudable relevancia. 

En ese contexto, Mali y Burkina Faso solicitaron a París que retirara las fuerzas militares de sus territorios, dada su total ineficacia en la lucha contra el terrorismo que había sido esgrimida como causa para su presencia en la región.

En junio del año pasado, el canciller de Mali, Abdoulaye Diop declaró sin ambages que su país “no quiere que los derechos humanos sean instrumentalizados o politizados ya que no son prerrogativa de ningún país o civilización” y agregó: “Sorprende que algunos países que han practicado la esclavitud o la colonización hoy sean los que dan lecciones a otros de derechos humanos”.

Los cambios de gobierno protagonizados por jóvenes militares anticolonialistas y defensores de la soberanía de sus países que han desplazado a líderes asentados en el poder gracias al apoyo de las metrópolis han transformado la cara de la región y en alguna medida, de toda África. Las amenazas de París como respuesta a la decisión de los nuevos gobiernos de expulsar a los militares europeos han sido respondidas con el acuerdo de Mali, Burkina Faso y Níger de ir hacia mecanismos de integración avanzados que incluyan las áreas económicas, financieras y hasta las de seguridad y defensa. 

Entre los antecedentes de estos países, además de un pasado colonial común, cabe destacar que en algún momento de su historia reciente contaron con gobiernos socialistas autóctonos que fueron brutalmente combatidos y destruidos por la injerencia de la metrópoli en alianza con Estados Unidos que ahora, de forma oportunista, busca achacar de todos los problemas de África a Francia, a fin de abrirse un espacio que le de presencia y relevancia en la África del futuro.

Así mismo, los tres países se han visto atacados por fuerzas vinculadas al terrorismo encarnado en Al Qaeda e ISIS que se han filtrado a través de la frontera norte de Mali con Libia tras el asalto dirigido por la OTAN contra Muamar el Gadafi.

Si Por otra parte, la obligación de estos países de utilizar la moneda franco CFA es expresión del control colonial que aún ejerce Francia en la región. Esta moneda está controlada por el Tesoro francés, el 50% de las reservas monetarias deben colocarse en ese país al mismo tiempo que todas las monedas y billetes que siguen vinculadas al euro, se acuñan en la metrópoli. 

Las protestas contra el CFA, llamada “la última moneda colonial”, han crecido durante los últimos años, como expresión del rechazo al control colonial francés sobre las finanzas de catorce países africanos. En consecuencia, los llamados al fin del CFA exponen tal vez como ningún otro hecho, el repudio al sistema colonial francés.

Foto/DW

Deja un comentario