La Verdad duele: quedó demostrado que en la colonia las elecciones son una mentira

Editorial 

“La fuerza del Pueblo está en sí mismo; no en los partidos coloniales ni en las instituciones creadas por el poder invasor enemigo de la independencia”.

Juan Antonio Corretjer

El Pensamiento Político 

JAIME TORRES TORRES 

Prensa Sin Censura 

Con alrededor de un 15% de los colegios reportados y tras casi un mes de las elecciones del 5 de noviembre, el resultado preliminar del proceso electoral proyecta al Partido Nuevo Progresista dominando el poder ejecutivo y legislativo, con una fuerte presencia a nivel de municipios, distritos y precintos.

Ese es el escenario tras una elección en que no pocos cifraron sus esperanzas en la candidatura de Juan Dalmau por la Alianza de País entre el Partido Independentista Puertorriqueño y el Movimiento Victoria Ciudadana, el cual en análisis previos apuntamos que se dispararía a los pies y se inmolaría por el bienestar de la quebrada colonia.

Ni uno ni el otro y lo más desalentador es que gente como Mariana Nogales, Rafael Bernabe, José Bernardo Márquez y Ana Irma Rivera Lassén se quedaron fuera del escenario político en un cuatrienio en que el PNP, con Donald Trump en la Casa Blanca, Jenniffer González en la Fortaleza y Thomas Rivera Schatz y Johnny Méndez en las presidencias de Senado y Cámara, a juicio nuestro terminarán de exprimir la colonia.

El medio independiente Prensa Sin Censura orientó al País sobre la pérdida de tiempo que representa participar en las elecciones de la colonia.

Un mes después reafirmamos como medio responsable que el voto en el territorio es un ejercicio fútil. 

Es Vox populi que hubo irregularidades con el voto ausente, adelantado, por correo y a domicilio. Las evidencias son abundantes y contundentes. En otro país ya se hubiesen impugnado los resultados preliminares. Mientras, si es cierto que los federales fueron observadores, ¿qué esperan para ordenar la casa? [No harán nada porque las elecciones son el circo que cada cuatro años promueven en nombre de la “democracia” en la colonia.]

A un mes de la celebración de los comicios, aparece el próximo presidente del Senado [Thomas Rivera Schatz] anunciando que el día 2 de enero radicará sus primeros proyectos de ley [¿con qué vendrán].

Insólito por demás resulta que los medios noticiosos ya especulan sobre el escenario de candidaturas en 2028; si Dalmau regresaría solo con el PIP [aunque ya habla de cómo combatir el miedo en la próxima elección] y no con la alianza; si Jesús Manuel Ortiz consideraría permanecer al frente de la presidencia del PPD o si Pablo José Hernández asumiría la dirección de la colectividad. 

No ha comenzado el cuatrienio y la desprestigiada Comisión Estatal de Elecciones no garantiza que el escrutinio finalice antes de Navidad.

Las elecciones, cabe reiterar, no resolverán los problemas de Puerto Rico. Fueron, son y serán una pérdida de tiempo. Las grandes luchas y proezas del Pueblo [la salida de la Marina de Vieques, la renuncia de Ricky Rosselló y el aumento de salario a los maestros] se han librado en la calle y no en las urnas porque las elecciones en la colonia son ardid del imperio para prolongar el estatus quo mientras se acaba de vender y saquear el territorio.

Aspirar a que la Junta de Control Fiscal se largue de Puerto Rico; erradicar la corrupción gubernamental; sacar a LUMA y Genera PR y devolver la Autoridad de Energía Eléctrica al Pueblo; salvar la Universidad de Puerto Rico y el Departamento de Educación; detener el proceso de gentrificación y venta del Archipiélago; socializar la energía renovable y adecentar los servicios de salud NO SE CONSIGUEN participando en las elecciones, sino en la CALLE de manera consistente y pacífica.

Incluso, los miles que sueñan con la Estadidad y votaron en el plebiscito, ante la negativa del Partido Republicano de tan siquiera ofrecer foro a los proponentes de la anexión, adelantarían más su causa en la CALLE que en los colegios de votación.

Hoy Prensa Sin Censura, con la libertad de pensamiento crítico que se forja cuando se ejerce el Periodismo al margen del capital, afirma y se hace eco de las palabras del patriota Pedro Albizu Campos: “La urna es el ataúd de la Nación Puertorriqueña”.

Ojalá que simultáneo al saque de la nueva administración en enero, impactemos a las comunidades con educación política para extirpar el cáncer del fanatismo partidista y reconocer que en las colonias la democracia es una farsa y que es en la CALLE donde el Pueblo se da a respetar.

PD:

El Frente AntiElectoral siempre le ha hablado al Pueblo, en la Banda ‘lla y la Banda ‘ca, con la Verdad.