Editorial
JAIME TORRES TORRES
PRENSA SIN CENSURA
No bastan las muertes súbitas de gente joven, en su mayor parte atletas, ni de conocidos que estaban bien y repentinamente fallecieron.
Tampoco los daños a la salud; la violación de derechos y la impunidad de las autoridades que insistieron en la obligatoriedad de la inoculación con el antídoto experimental contra el Covid-19, que seis años después de la propagación mundial del virus Sars Cov 2 desde Wuhan, China, en Puerto Rico se insiste en pruebas e inyecciones.
Seis años después ningún medio corporativo tan siquiera se aventura a indagar para documentar en una crónica responsable lo que ha resultado un gran engaño. Por dinero, los mismos medios se prestaron para propagar el terror, que distanció a la gente, la encerró en sus hogares y la amordazó con mascarillas.
Seis años después se pretende pasar la página de la censura en redes, como Facebook [por lo que se excusó el magnate y CEO de Meta, Mark Zuckerberg]; la persecución a médicos que recetaron la Ivermectina como antídoto de la monga denominada Covid-19; el homicidio oficial en salas de intensivo donde reventaban los pulmones de supuestos positivos conectados a ventiladores y el escándalo de la gente que ha fallecido, incluso súbitamente de infartos al miocardio, por efectos de la inoculación.
Seis años después persiste la indignación por las embarazadas vacunadas que perdieron sus criaturas; los padres de familia despedidos de sus empleos por rechazar la inyección y la discriminación en lugares públicos, como restaurantes y salas de conciertos, de los no vacunados.
El 11 de mayo de 2023 el presidente Joe Biden dio por terminada la pandemia del Covid 19 en Estados Unidos, pero en Puerto Rico siguen haciendo pruebas, vacunando y usando mascarillas.
Prensa Sin Censura, que conserva memoria de cómo alcaldes como el de Camuy, Gaby Hernández pagaron para que la gente se vacunara, nunca dobló rodillas y pagó su compromiso con un Periodismo veraz y transparente a pesar de la censura en las redes, el cierre de nuestras páginas y la invisibilidad provocada por los algoritmos.
Como el refrán versa que ‘en guerra avisá, no muere gente’, Prensa Sin Censura publica algunas observaciones de lo ocurrido en Puerto Rico durante la presunta emergencia para que, cuando las autoridades declaren la nueva peste y ordenen otro encierro, usted y los suyos sobrevivan, aunque los daños a la salud de los vacunados pudieran resultar irreversibles.
Crónica de una ‘emergencia’: observaciones
• A mediados de 2020 declaran emergencia de salud en Puerto Rico y acuden a pruebas serológicas, que se usan para medir inmunidad y anticuerpos, por lo tanto no eran efectivas porque no detectaban virulencia o agentes infecciosos.
• En el Departamento de Salud la supuesta pandemia coincide con la salida del secretario Rafael Rodríguez, la llegada de Lorenzo González y el nombramiento de Carlos Mellado.
• Hubo vistas en la Comisión de Salud de la Cámara presididas por Juan Oscar Morales para investigar la evidente corruptela por las ventas de las pruebas serológicas por $40 millones. [Se pagaron $38 por cada prueba cuando costaban alrededor de $3]
• Durante la administración de Wanda Vázquez Garced se restringieron libertades en Puerto Rico, tanto así que no podía ir a la playa y manejar por las vías públicas. Cuando se activaba la alerta en el celular, todo el mundo debía estar y permanecer en su casa.
• Luego llegaron las pruebas de antígenos que, con el uso de un hisopo, consisten de un examen anterior nasal, sin profundizar hasta la naso faringe, como se hace en la molecular.
• Las pruebas de antígenos no fueron diagnósticas.
• En EEUU Donald Trump, antes de salir de la Casa Blanca en 2020, trivializó el Coronavirus tras arrojar positivo y paliar el virus tomando hidroxicloroquina.
• Joe Biden, con su asesor Anthony Fauci, insistieron en la emergencia y la compulsoriedad de las vacunas, respaldados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), los Centros para el Control y Detección de las Enfermedades (CDC) y la Administración de Drogas y Alimentos (FDA).
* El distanciamiento de 6 pies en lugares públicos impuesto por Fauci será recordado como uno de los disparates de la pandemia.
• El Vaticano respaldó e implantó las disposiciones pro vacunas y hasta las promovió al circular un sello del Banco del Vaticano.
• Acá hubo persecución contra el obispo de Arecibo Daniel Fernández Torres que se opuso a la vacuna, firmó relevos y fue destituido por no seguir las directrices del Papa y faltar a la comunión con sus ‘hermanos’ del episcopado.
*Aquí hubo un campamento permanente en la plazoleta del Capitolio en defensa de los derechos de las familias. A los manifestantes algunos medios, incluso independientes, les endilgaron el mote de ‘anti-vacunas’.
• Científicos como Daniel Colón Ramos, nombrado por Pedro Pierluisi como uno de sus asesores durante la pandemia, y el doctor Víctor Ramos, pasado presidente del Colegio de Médicos Cirujanos y hoy secretario de Salud, insistieron en las dosis del pinchazo experimental.
• La ex cirujano general Antonia Coello llegó a decir en Prensa Sin Censura que las personas no podían ir a lugares cerrados sin mascarillas porque el virus flotaba en el aire y lo podían respirar y enfermarse.
• Se generalizó que el virus se adhería a las superficies que la gente tocaba y las marcas de los desinfectantes de manos hicieron su agosto en ventas.
• No se validaron los resultados de las pruebas Covid porque desde un principio no miden la carga viral del Sars Cov 2. Eran clasificadas como WAIVED Test, por no requerir de un riguroso control de calidad y tampoco requieren de un adiestramiento especial para el que la va a realizar.
• Decenas de instituciones (cadenas de farmacias, laboratorios clínicos, hospitales, etc.) se enriquecieron con la promoción de la vacuna por los desembolsos millonarios de fondos federales, según lo investigó y reveló la senadora de Proyecto Dignidad Joane Rodríguez Veve.
• Los hospitales recibían alrededor de $8 mil por cada paciente entubado y $25 mil por cada uno que fallecía tras su conexión al respirador artificial.
• Así como en EEUU los doctores Robert Malone y Peter McCulloug fueron proscritos y censurados, aquí hubo presión del ‘establishment’ contra salubristas como los fallecidos Domingo Cáceres y Michael González; Luis Bonilla, José W. Rodríguez Zayas, Rosalina Varcárcel, Jorge Miranda, Iván Figueroa Otero y otros [no muchos] que orientaron al Pueblo sobre el uso de la vitamina C, el NAC, la ivermectina[antiparasital recomendado por el fenecido médico de familia Domingo Cáceres pero un fármaco desacreditado por el doctor Fernando Cabanillas que salvó millones de vidas en India], las batidas orgánicas, el ejercicio, la hidratación y la sana nutrición para prevenir el supuesto virus.
• En Puerto Rico los “enfermos” no se desplomaban en las calles y aceras, como en la India.
• Hubo personas que fallecieron en núcleos familiares, pero otros sobrevivían y algunos ni siquiera se enfermaban.
• Hubo pacientes con condiciones preexistentes cuyas muertes se atribuyeron al Covid; otros no eran admitidos en hospitales y consultorios por no estar inoculados.
• No se hacían autopsias; hubo que optar por la cremación.
• Pfizer y el ‘big pharma’ multiplicaron sus ganancias multimillonarias.
• Durante el encierro, se forró literalmente a Puerto Rico de antenas y torres de telecomunicaciones que se sospechan son causantes de intoxicación por radiación aguda.
• El 11 de mayo de 2023 el presidente Joe Biden dio por terminada la pandemia del Covid 19 en Estados Unidos, pero en Puerto Rico siguen haciendo pruebas, vacunando y usando mascarillas.
• Hoy, observar por microscopios la sangre de los inoculados, incluso la de la gente que, como condición para conservar sus empleos, debían someterse a una prueba de antígenos semanal, es horrible por la presencia de estructuras extrañas, que parecen organismos como parásitos, y otros objetos que parecen navajas.
• Esta morfología [documentada con las fotos y el vídeo que complementan esta historia] se supone que la observen los tecnólogos médicos en Puerto Rico en la sangre de miles de pacientes inoculados, pero ni lo documentan ni reportan a las autoridades.
• Tras la inoculación en masa, la incidencia de cánceres agresivos e invasivos, VIH, accidentes cerebrovasculares e infartos del miocardio es alarmante, aparte de que hay lotes de vacunas que fueron administradas con tres y hasta cuatro meses de expiración.
* Semanas atrás la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) reconoció y advirtió que las vacunas contra el COVID de Pfizer y otras poderosas farmacéuticas tienen un efecto cardíaco.
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