Editorial de Prensa Sin Censura
Se estima en alrededor de un 28% el aumento en los precios de los huevos en Estados Unidos.
Ante el colapso de la industria avícola local, acá la docena de los importados sale más cara por los arbitrios e impuestos por cabotaje.
Sin embargo, no baja la demanda y aunque literalmente estén casi a peso, la gente los sigue comprando.
La gestión del secretario de Agricultura, Ramón González Beiró ha sido un fracaso. No solo por la siembra de paneles solares en miles de cuerdas de alto valor agroecológico, sino por el colapso de la industria avícola, sin considerar la ganadera y agropecuaria, siendo Puerto Rico un archipiélago.
La docena de huevos orgánicos del País, si la consigue, le puede costar $8 y por los importados, de inferior calidad y frescura, alrededor de $6. Pero la gente sigue desayunando huevos. Es como si hubieran alambrado a nivel del subconsciente que un desayuno sin huevos no está completo. Sea hervidos, fritos, en revoltillos o tortillas son parte indispensable de la comida más importante del día: el desayuno.
Ni pensar en su uso en repostería, platos gourmet y algunos tragos como el Pisco Sour. La gente puede prescindir del café o el pan, pero no de los huevos.
Hace cuatro años una docena costaba $1.50 en Estados Unidos. En Puerto Rico, aunque sin frescura, se llegaron a conseguir tres docenas importadas por $5. Hoy en Estados Unidos una docena vale cerca de $4, lo que representa un aumento de casi un 159% de 2020 al presente.
La crisis en Estados Unidos se atribuye a la emergencia de la gripe aviar, cuyo efecto fue la matanza de millones de ponedoras. Eso es en Estados Unidos, pero acá pagar casi $6 la docena de importados es resultado de la incompetencia del secretario de Agricultura González Beiró.
Ha fallado en desarrollar e implantar política pública a favor del avicultor con incentivos, exenciones y recursos de producción. El avicultor, al igual que el ganadero, el pescador, el caficultor y agricultor, es de los grandes desplazados de la presente administración. En ninguna cabeza cabe la idea descabellada de que Jenniffer González mantenga en su posición a González Beiró.
Eso de que ante la poca oferta los precios se disparan y la demanda se precipita no aplica a Puerto Rico. El comensal sigue llevando los huevos a la mesa, pero pronto no le quedará más remedio que construir un corral, comprar polluelos ponedores, criarlos y alimentarlos con purina para poner.
Gastará no pocos dólares, pero llevará a su mesa un producto de calidad.
Jaime Torres Torres
Prensa sin censura 