Adiós a José Francisco Cadilla, valiente y visionario geólogo

Dr. Jorge Colón

Lamento mucho el fallecimiento del Profesor José Francisco Cadilla. En nuestro libro «El proyecto de explotación minera en Puerto Rico: 1962-1968: Nacimiento de la conciencia ambiental moderna» lo honramos en la dedicatoria: «A José Francisco Cadilla Bernal, Tomás Morales Cardona, José F. Echegaray Martínez, José (“Fufi”) Santori Coll y Neftalí García Martínez por su colaboración inestimable.»

En una nota al calce incluimos lo siguiente sobre él: «José Francisco Cadilla Bernal comenzó a trabajar como geólogo, en 1956, en el Departamento de Investigaciones Industriales de la Administración de Fomento Económico. A este Departamento se le conocía como el Laboratorio Industrial de Fomento. Aunque la Comisión de Minería pertenecía a la Oficina del Gobernador, estaba localizada en el mismo edificio del Laboratorio Industrial. Cadilla Bernal llegó a ser Jefe de la Sección de Mineralogía y Geología y la persona que ocupaba esta posición era asesor científico y técnico de la Comisión de Minería.»

Y añadimos más adelante: «¿Cómo se originó y cuándo el conocimiento sobre la existencia de grandes yacimientos minerales en Puerto Rico? Hay varias versiones sobre el origen de la información. José Francisco Cadilla Bernal, por ejemplo, quien en ese momento trabajaba en la Administración de Fomento como Director del Programa de Geología y Recursos Naturales, y era Geólogo Estatal de Puerto Rico, cobró conciencia sobre la magnitud del asunto en junio de 1964, por medio de Mario Soriano Rossy, ingeniero-geólogo, que trabajaba con la Kennecott Copper Company…

Tanto Julio Jiménez, por vía de su trabajo notarial, como José Francisco Cadilla, por vía de la información que le proveyó Mario Soriano Rossy, fueron fuentes decisivas para desencadenar una rica discusión y las diferentes actividades que provocó el tema de la minería. José Francisco Cadilla nos informó que su atención al asunto minero despertó con la aguda preocupación que le comunicó Soriano sobre el estado avanzado y el alcance del proyecto.

Es importante señalar que Mario Soriano era ingeniero-geólogo de la Bear Creek Mining, una subsidiaria de la Kennecott Copper Co., que desde fines de la década del cincuenta llevaba a cabo exploraciones entre Lares y Adjuntas. La Bear Creek Company había llevado a cabo sus labores con mucha más discreción que la Ponce Mining, aún cuando se decía que los yacimientos estudiados por esta compañía eran los más cuantiosos. Una vez Soriano le dejó saber a Cadilla la magnitud del proyecto y sus implicaciones, Cadilla se convirtió en una fuente principal continua de información tanto para Vanguardia Popular como para el MPI.

El binomio científico Tomás Morales-José Francisco Cadilla hizo posible la elaboración de posiciones y argumentos que acorralaron a las compañías mineras y a sus adeptos en el gobierno.

Los nombres de José Francisco Cadilla y de Julio Jiménez aparecen entre paréntesis debajo del nombre de Tomás Morales Cardona. El título del trabajo presentado el 17 de agosto ante la Comisión Especial de la Cámara de Representantes fue: Hacia una urgente y nueva ordenación para la conservación de la naturaleza y sus recursos en Puerto Rico.

El documento expresó con claridad la manera de ejercer un control ecológico sobre los diferentes proyectos que se le propusieran al país. Las decisiones deberían tomarse con la precaución de preservar «la diversidad entera de formas vivientes y el balance ecológico desarrollado en millones de años».

Para lograr este objetivo, añade lo siguiente: «Por eso cada proyecto a llevarse a cabo en Puerto Rico debería exigírsele lo que podría llamarse una ‘justificación ecológica’».

Es decir, la colaboración de Tomás Morales Cardona y José Francisco Cadilla Bernal en la preparación de este importante documento tuvo como resultado la presentación de un importante reclamo: la necesidad de una justificación ambiental para cada proyecto. En esta petición se encuentra el origen de las Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA).

En la entrevista a Tomás Morales Cardona, éste insistió en la importancia que tenía la parte del llamado Manifiesto Ambiental relacionada con la destrucción de la zona central de Puerto Rico como resultado de la actividad minera. Buscó intensamente una palabra que recogiera la importancia del efecto destructivo en la imaginación de los puertorriqueños y José Francisco Cadilla le proporcionó el término adecuado: topofilia.

Entonces Morales Cardona afirmó, sin titubear, «es la topofilia lo que nos mueve… de ahí es que sale todo el movimiento ambiental, de ahí es que se desparrama…».

Que en paz descanse.

José Francisco Cadilla.

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