La crucifixión de Puerto Rico

Por Bany Sepúlveda Rivera 

Para Prensa sin censura

De un tiempo a esta parte me hallo pensando y observando, con un gigante sentido de asombro, lo que nos acontece en nuestra cotidianidad.

Vivo un desfile cotidiano de asuntos que merecen nuestra urgencia a nivel local y mundial. Qué mucho se disfruta del dolor ajeno de fácil despacho. Se usa una vara angosta, corta y punzante. La sangre ajena es fertilizante para el terreno del otro; le alimenta, la degusta como se hace con el buen vino sobre la mesa. Allí yace la raíz del falso sentido de superioridad de los unos sobre los otros.

Lo he visto de frente; con cercanos y allegados. Lo he visto con las instituciones gubernamentales cuando la muerte ha coqueteado en mi ventana de modo casi seductor ante tanta indiferencia que camina, respira y tiene ojos y piel. No me refiero a quien puede elegir estar o no estar a mi lado.

Además de eso, me refiero a las instituciones que tienen deberes conmigo, que se benefician y reciben fondos para existir. Descubrir que además de la dolencia personal, somos un kiosco que piensa y siente, es una realidad muy dolorosa para muchos como quien aquí subscribe estas letras.

Existe un desfile de dolencias que se miran con actitud de costumbre en nuestra televisión. Vale más un video colgado en las redes mirando a una persona morir, que tomarse el tiempo para salvarle la vida. La realidad puede sufrir trastoques variados. No todo es como se ve; en muchas ocasiones la raíz es más ancha que la copa del árbol. No siempre se necesita agua para crecer y vivir.

Hay ocasiones en las que el exceso de agua, aniquila. No obstante, la pobreza y la necesidad siempre se ven más pequeñas desde un trono. El toldo azul no duele tanto si no moja tus trastes ni tu cama.

Existe un desfile de dolencias que se miran con actitud de costumbre en nuestra televisión. Vale más un video colgado en las redes mirando a una persona morir, que tomarse el tiempo para salvarle la vida.

Bany Sepúlveda

Y así nos olvidamos de modo anestésico, que todos los imperios caen. Qué enorme cucharón de desprecios carga esa sopa delirante que llamamos Vida.

‘Cállate y ponte un filtro, que aquí no hay espacios para los que no caben en una revista’. ‘Sonríe e ignora la podredumbre de donde emerges cada día’. ‘Ofrece a tu boca la degustación de la basura que no adviertes’. ‘Sal del zafacón y sonríe con los gusanos de la basura entre los dientes’.

Ni cuenta te das, ya es costumbre.

Aquí no hay espacio para disfunciones de ningún tipo. Sexualicemos a los niños para que compitan y ganen en lo que no entienden. Que perreen duro las nenas, que las mías están más buenas que las tuyas. Al nene que no sea idiota y se deje seducir.

Quien más abusa, más gana. Todo es propaganda burda, feroz, vana. Después de todo, el nacimiento y la muerte se dan a solas y a cada uno nos toca una foto personal. Nunca un par de gemelos ha nacido por el cuello uterino en el mismo segundo. A cada uno su cosa, esa es la consigna.

LA CRUCIFIXION DE CRISTO SE DA TODOS LOS DIAS Y NADA TIENE QUE VER CON CARNES O PESCADOS. Con la panza llena de vaca o langosta, es crucificado. Con el vientre repleto de camarones, es crucificado.

No nos equivoquemos ni usted, ni yo. El pescado es plato gourmet. No se engañe usted. Las malas palabras son: INDIFERENCIA, FRIALDAD, ABANDONO, DESIGUALDAD, FALTA DE CARIDAD.

Cada una de estas palabras son sinónimos de crucifixión. Se crucifica al obrero, a las que creemos putas, al de ideas distintas, a las diversas razas, al homosexual, a la lesbiana y al transgénero.

Se crucifica al transexual; al que se tambalea en la salud, al que no sabe leer o escribir, al que tiene alguna diversidad funcional, al que mendiga acceso a la salud, al que no cuadra con los códigos de belleza, a los obesos, a los viejos.

Se crucifica todo el tiempo que nos alejamos del paradigma de Cristo en su devenir por este planeta que habitamos.

DEJA DE COMER PESCADO PARA PAGAR INDULGENCIAS Y GANAR UNA PARCELA EN EL CIELO. Deja una estela de convicciones buenas y olvida si  llenas la  panza de vaca, cerdo o pollo. Que el pecado y pescado se diferencian por mucho más que una  “s”.

Cristo es crucificado cuando te clavas con la indiferencia en el pecho. Se crucifica  a Cristo cuando se establece la creencia de ser superior al ateo porque hay congregación para jugar “UNO, DOS, TRES … PESCAO” en la descarada competencia de llegar primero al Cristo que ha sido inventado. Porque cada domingo se escoge la ropa para ir a la iglesia en ánimo lucir mejor que los demás.

Que crucifiquen a quien no tiene almidón para planchar y verse bonito.

Cada político ladrón al cubrir la pasarela del tribunal, menciona a Cristo. Le asisten leyes hermosas con cordón umbilical de saqueo desde la primera y asqueante etapa colonial española hasta la que respiramos hoy.

Allí asiste en primera fila la hipocresía espiritual con bolsillos de robo pagando la defensa. Todos muy bien puestos en los bancos de la iglesia cerca del tiempo de urnas.

CRUCIFIQUENLOOOOO. PALESTINA NO ES AJENA A NUESTRA ISLA.

La espiritualidad se ha convertido en un vaivén de boleros que nos duermen. Es un billete en la canasta dominical o Viernes Santo. Con orar parace suficiente, un lavado de cara y ya. Y de fondo, después de liberar la responsabilidad con una oración; llega el desfile de todos los absurdos que tienen deuda ignorada por todos los que oran bonito.

Y cuando corre el telón de la cotidianidad, al desnudo bajo la ducha, cada noche, entre la lengua, la saliva y los dientes de cada cual, sale la contundente verdad propia.

A muchos les asiste esa verdad panfletista de escritorio y acondicionador de aire. Se desborda esa vana y ausente veracidad entre boinas, borlas, birretes y maletines de poca monta; esa absurda presunción de superioridad ante los demás porque la “suite” de hotel les acerca al mismo cielo.

Y entonces, solo entonces, como música de fondo a la ducha, pueden escuchar e ignorar la propia voz que gritaaaaa:

“CRUCIFIQUENLO, CRUCIFIQUENLO, CRUCIFIQUENLOOOOOOOOOO”

Y DE ESE MODO INDIFERENTE Y FEBRIL, CON LA PANZA TAN LLENA DE MERO, LANGOSTA, SIERRA, CAMARONES Y TODO LO QUE NO SEA CARNE, “EL HOMENAJE SE QUEDARÁ ESPERÁNDOLES”, COMO MUY BIEN DIJO MI AMADA JULIA DE BURGOS.

CRUCIFIQUENLO, QUE AQUI NO SE TOCA CON HUMILDAD EL MANTO SAGRADO, NI DE LEJOS.

Composición gráfica/Prensa sin censura

 

 

 

Deja un comentario