Adiós a un Máximo Gigante del Pentagrama

JAIME TORRES TORRES

Periodista y Editor

PRENSA SIN CENSURA

Durante varios años residió en la falda de El Yunque en una finca de terrenos fértiles provista de una quebrada donde en su tiempo libre cultivaba la tierra.

Entonces, tocaba los domingos en la Parroquia Cristo Rey de Palmer, cuyo ministerio musical llegó a dirigir.

Lo recordaremos como un hombre de pocas palabras; sencillo, humilde, pero de una musicalidad extraordinaria y una estatura artística inalcanzable.

Escribimos del Maestro Máximo Torres, de 94 años, quien pasó a morar con el Señor tras una excelsa trayectoria artística y el cimiente de una entrañable familia, encabezada por su inseparable María, sus hijas, y sus herederos musicales, el cantante Max Torres y el bajista y arreglista Carlitos Torres.

Años atrás, de visita en su casa en la finca en las afueras de Carola, en Río Grande, al despedirme quiso desprenderse de una mandolina.

⁃ Maestro, no la puedo aceptar. En sus manos está mejor porque la mandolina necesita la vida de unas virtuosas manos como las suyas, le dije con respeto.

Máximo Torres fue el pionero del requinto o la primera guitarra en la música de tríos. Pero tocaba prácticamente todos los instrumentos de cuerda: el bajo, la guitarra, el cuatro, el tiple, la guitarra eléctrica… ¡Todos!

Fue un magistral arreglista, orquestador, compositor, director y productor.

Se necesitaría el tomo de una enciclopedia para documentar su gesta. Aparte de su aporte a la proyección del requinto a nivel internacional, siendo -lean bien- mentor del mexicano Alfredo “El Güero” Gil en Los Panchos, Máximo fue lo máximo al frente de Los Murcianos, de la carrera y los discos de Paquitín Soto, de las producciones de Julio Ángel, los elepés de José Miguel Class ‘El Gallito de Manatí’ y de los dos volúmenes de “Serenata” que le produjo a Manny Manuel.

Eso no es todo. Máximo Torres, nacido en Humacao el 11 de junio de 1929, dominaba todos los géneros y era un virtuoso guitarrista de jazz.

Por si fuera poco, arregló, orquestó y dirigió conceptos de salsa para disqueras como TH-Rodven, EMI Latin, MP y otras.

Si hubo una personalidad digna del honor de un Grammy Latino por su brillante trayectoria ese era don Máximo Torres, pero era demasiado humilde como para llamar la atención sobre lo obvio: a pesar de su baja estatura, era un máximo Gigante del Pentagrama libre de delirios de grandeza y complejos por falta de reconocimiento.

Lo prefiero recordar tocando su guitarra y dirigiendo el ministerio de Cristo Rey. Sus acordes, arpegios y armonizaciones eran una alabanza a la Divinidad y una escuela para sus discípulos.

¡Descanse en paz, Maestrísimo Máximo Torres!

Máximo Torres. Foto/Publicada en redes por KoolTourActiva

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