Roberto Torres Collazo
Recientemente en su último concierto el famoso reguetonero puertorriqueño Daddy Yankke anunció al mundo su «conversión». Frente a miles de sus seguidores y seguidoras declaró que abandonará la música para dedicarse a predicar a Cristo.
Esperamos en Dios que sea una verdadera conversión. Lo preocupante es que sea una conversión ingenua. O sea, hacia el fundamentalismo, el fanatismo y sionismo cristiano. Que como saben se caracteriza, entre otras cosas, generalmente por la homofobia, el apoyo a la ideología ultraderechista, anti-ciencia, anti-modernista, de lectura literal de Biblia, anti-ecumenismo, patriarcal, asistencialista, sionista, de una fe enajenada de los grandes problemas ambientales, culturales, políticos, económicos que afectan Puerto Rico. Este tipo de «conversiones» son muy frecuente en las sectas protestantes y en el integrismo católico, que hacen más daño que bien a cientos de miles. Y no es lo que Jesús vivió y predicó.
Deseamos que su conversión sea real, profunda y constante para bien de él y de nuestro pueblo. Es muy temprano para saber si es real. Habrá que esperar por sus hechos y palabras, porque como dice el evangelio, «Por los frutos los conocerán».
Prensa sin censura 