JAIME TORRES TORRES
Periodista y Editor
PRENSA SIN CENSURA
El Archivo General es la memoria de Puerto Rico.
Si lo destruyen o lanzan a menos, se atenta contra la documentación de la historia de Borinquen.
Se atenta contra el espíritu de la Nación y si insisten borrar las huellas de lo andado.
Al momento de publicar este articulo seguía cerrado el edificio Ricardo Alegría que lo alberga junto a la Biblioteca Nacional en la Avenida Constitución en Puerta de Tierra, San Juan.
Su directora se encuentra de vacaciones y el director del Instituto de Cultura Puertorriqueña, Carlos Ruiz Cortez estuvo ausente porque debía recoger un premio Emmy.
Los problemas de energía eléctrica y con la unidad central de aire acondicionado no son nuevos.
En la década del 2000, para un diario de circulación mayor, este periodista cubrió la pérdida de parte de la colección del archivo de grabaciones sonoras y fílmicas por serios problemas de filtración y humedad.
Llegar al Edificio Ricardo Alegría y encontrarlo clausurado con candados es una tragedia para no pocos, como también lo es el deterioro de la fachada exterior.
En exclusiva, Maricel Flores, archivera con 32 años de experiencia, empleada de carrera del Instituto de Cultura Puertorriqueña y secretaria de promoción y propaganda del sindicato Pro-Sol UTIER Capítulo del ICP, describió en detalles la situación en el Archivo General, donde mañana viernes 8 desde las 3pm se celebrará una vigilia por su salvación y pronta reapertura.
En horas de la tarde del pasado 27 de noviembre, tras una actividad auspiciada por la UNESCO, se afrontaron dificultades eléctricas en el Archivo General. El siguiente fin de semana no se pudo celebrar otro evento por falta de climatización o una temperatura óptima en el edificio, debido a que solo una unidad operaba a media capacidad.
El lunes la directora Hilda Teresa Ayala González reunió a su poco personal. Luego se fue de vacaciones, aparentemente no regresa hasta el 11 de diciembre, y pasa inadvertido el caos porque las actividades se movieron a la sede del ICP en el Viejo San Juan.
“Se debe atender la declaración urgente que hace la Academia de la Historia Puertorriqueña sobre la situación del Archivo, en donde ellos mismos, que nos visitan casi a diario, han declarado un estado de emergencia y van mucho más allá de lo que está sucediendo ahora”, dijo Maricel Flores en declaraciones exclusivas a Prensa sin censura.
La emergencia es de tal magnitud que preguntas tales como qué sucederá con los documentos, cómo se evaluarán y qué tipo de restauraciones específicas necesitarán las colecciones vulnerables, como las de fotografías, negativos, videos, películas y sonoros, no hallan respuestas.
“Esta declaración urgente que hace la Academia Puertorriqueña de la Historia merece atención extrema porque hace un buen análisis de lo que por años ha sucedido. Esta no es la primera crisis. Lo que me preocupa es que de esta crisis, si no hay la voluntad, estamos en riesgo de perder nuestros documentos”.
La crisis se remonta a la administración de Luis Fortuño y su Ley 7 que lanzó decenas de archiveros del ICP al retiro. El Archivo General, la Biblioteca Nacional y la Sala Museo Eugenio María de Hostos operan con el mínimo de personal, apenas una persona que debe atender otras salas.
“El Archivo y la Biblioteca se vieron en precario con el recurso humano. Si la Dra. Carmen Fischler no hubiera defendido el Archivo nos hubiéramos quedado con solo dos archiveros y la Biblioteca con un solo bibliotecario referencista”.
La experimentada servidora pública responsabilizó a Hilda Teresa Ayala González y Carlos Ruiz Cortez por el descuido del Archivo General y la Biblioteca Nacional que en días de mucha circulación de turistas por la Isleta de San Juan permanecen cerrados.
“Falta información del ICP al sindicato y al País. Tienen una responsabilidad y es dar esta información al país. Creo que ni siquiera el gobernador de Puerto Rico se ha enterado. Creo que estas personas le dicen que tienen todo bajo control y no me parece que sea así”.
El Archivo General de Puerto Rico es testigo de casi cuatro siglos de historia. El documento antiguo más importante se remonta a 1722 y son los libros de las actas del Cabildo de San Juan.
“Hasta el 2015 abarcamos cuatro siglos de historia como un mosaico de los fragmentos de esa historia que podemos levantar para saber cuál es la identidad del puertorriqueño, el desarrollo político, económico y social de la vida en Puerto Rico durante esos cuatro siglos”, resalta Flores.
Las colecciones albergan fotografías y tarjetas postales que datan de 1896 hasta 1985; partituras musicales de puño y mano de Manuel Gregorio Tavarez, partituras inéditas de música, documentos sobre la historia personal de los individuos y su genealogía, reclamos de derechos y una riqueza documental en que palpitan el acervo y la idiosincrasia de Puerto Rico.
“Esto no sería solo una pérdida cultural, sería una amputación a nuestra historia porque esos fragmentos que no puedas tener serán fragmentos que no podrás validar en las investigaciones y sustentarlas”, puntualizó.
La crisis en el Archivo General no es aislada. En el Museo de la Música en Ponce el agua ha percolado como si lloviera en su interior. El cuadrángulo de Humanidades en el Recinto de Río Piedras, donde están el Teatro y el Edificio Eugenio María de Hostos, desmerece sin atención elemental a las tarjas que orientan e identifican a sus visitantes.
La colección del Museo del Cartel en Río Grande, que cerró sus puertas, está almacenada en covachas, a merced de los amigos de lo ajeno.
El nicho de Federico Degetau en el Cementerio María Magdalena de Pazzi, como Prensa sin censura reportó esta semana, igualmente está en condiciones paupérrimas.
Para la funcionaria cultural Maricel Flores eso no es importante para la actual dirección del ICP, la cual orienta más su gestión a la propaganda y el entretenimiento.
“La Campechada es una actividad muy bonita y exitosa. No se debería dejar de hacer, pero no se debe canalizar toda la energía en las actividades de entretenimiento cuando tienes unos trabajos de servir a un público directo, ya sea general o especializado. Se debe recordar que no hay dinero. La legislatura hace años dejó de asignar dinero al Archivo General de Puerto Rico”.
Prensa sin censura 
Triste por demás… si el gobernador no estaba en enterado ahora no hay excusas. Es risible como algunos legisladores, se preocupan más por una estadidad, que no va a venir (al menos que llegue una soberanía primero según la opinión del Tribunal Supremo de los EEUU). Y que se ignore nuestra historia. Ricardo Alegría, fue un fervoroso defensor de mantener para la posteridad nuestra historia como pueblo. Pero aquí nuestros políticos están pendientes al dinero que le pueden sacar a los americanos y así poderlo repartir en contratos inflados para luego de ese dinero de ganancias excesivas poder cobrar luego en su retiro, como un empleado más de dicho contratista. Así lo veo es mi opinión.
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