Sepultado el prócer Federico Degetau en el olvido y la miseria

JAIME TORRES TORRES

Periodista y Editor

PRENSA SIN CENSURA

El nicho de Federico Degetau inspira lástima y vergüenza.

La última morada del ilustre prócer ponceño yace en el cementerio María Magdalena de Pazzi en el Viejo San Juan en un estado deplorable y de abandono total.

Ayer se conmemoró el 161 aniversario de su natalicio y una lectura de textos originales a su honor fue la ofrenda viva de la estudiosa de su obra, Dra. Nieve de los Ángeles Vázquez, de algunos profesores y estudiantes.

La efeméride de Degetau, egregia figura del derecho, la filosofía, las artes, la cultura, literatura, la política y la agricultura, pasó inadvertida por el estado, como aparentemente se ignora el deterioro de su nicho.

Hay quién pudiera preguntarse dónde está su familia, que permite que su morada terrenal deshonre su memoria. Pero el profesor Ángel Rivera aclaró que Degetau estuvo solo.

“Él muere en 1914 y ejecuta su testamento en 1913. Al no tener hijos, Bonifacio Sánchez, que fue su hijo de crianza, decide asumir la responsabilidad como fideicomisario”, señaló.

“Para 1918 muere”, abundó Rivera, “su esposa Ana Moreno y en 1923 se hace una partición de su finca en Aibonito y del fideicomiso. Ya no hay familiares de Federico Degetau y la hermana de Bonifacio decide comprar 52 cuerdas de los terrenos de la Finca Rosa Cruz. Y en 1944 muere Bonifacio. No tuvo hijos […] Los restos de Degetau fueron depositados aquí en 1914 y nadie tuvo la iniciativa de poder mantener en condiciones aceptables el nicho con sus restos”, dijo Rivera, quien junto a otras personas presentes ayer se convierten en ‘familiares’ circunstanciales de Degetau con la misión, entre otras instancias ya cristalizadas, como la casa-museo en Aibonito, y la misión de trasladar sus restos a otro lugar.

Por su parte, Nieve de los Ángeles Vázquez puntualizó que, aunque Degetau no tiene familia consanguínea, su nicho es responsabilidad de los candidatos a la comisaría residente en Washington, del Instituto de Cultura Puertorriqueña, el Municipio de San Juan y la Universidad de Puerto Rico.

“Aquí hay responsables también. Federico Degetau fue el primer comisionado residente. Hoy tenemos seis candidatos a comisionado residente y ¿no van a honrar al que les abrió el camino? Ellos también son responsables. Lo peor que se puede hacer es olvidarlo en la muerte. Los candidatos deben honrar ese camino”, denunció.

“El Municipio de San Juan también es responsable porque es una estructura histórica que se visita, que vienen turistas y que los pueblos que se respetan cuidan sus cementerios, incluso los más pobres. El Instituto de Cultura Puertorriqueña también es responsable del patrimonio histórico edificado. Degetau donó sus libros y pinturas a la Universidad de Puerto Rico. La primera colección que llegó al museo de arte es la de Degetau. Eso hay que agradecerlo. ¿Cómo? No solo mencionándolo porque ni siquiera lo mencionan, es ver qué podemos hacer acá”, concluyó Vázquez al incluir en la lista a la Fortaleza, la Asamblea Legislativa y la comunidad espiritista y masona de Puerto Rico, de las que Degetau fue miembro.

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