‘Santa Mierda’ en Fine Arts, Miramar

JAIME TORRES TORRES

Periodista y Editor

PRENSA SIN CENSURA

En el marco del Festival de Cine Europeo de Puerto Rico, organizado por Alianza Francesa, FineArts en Miramar ha exhibido un documental fílmico sumamente relevante que ha pasado inadvertido: “Holy Shit” o “Santa Mierda” del cineasta boricua, radicado en Suiza, Rubén Abruña.

“Hace unas dos décadas, experimenté una epifanía de saneamiento en mi tierra natal de Puerto Rico cuando usé un inodoro de compost seco. Me sorprendió gratamente descubrir que no había olores desagradables después de hacer mi negocio, y que solo necesitaba usar dos tazas de materia orgánica para cubrir el depósito, en lugar de enjuagar siete litros de agua potable. Al salir de la habitación, me sentí satisfecho de haber hecho una contribución positiva a mi entorno inmediato, y aún más cuando me di cuenta de que mis excrementos se usarían para fertilizar un huerto”, comenta Abruña en su muro de Facebook.

Y añade: “Varios años más tarde, decidí hacer una película de 52 minutos sobre la casa que me presentó el inodoro de compost. La película, llamada «La Casa Ausente / The Absent House», se estrenó en 2014 y se proyectó en más de una docena de festivales internacionales de cine en los cinco continentes. Sigue generando interés y demanda a través de su distribuidor, Icarus Films”.

Desde ese momento una pregunta taladró el pensamiento de Rubén Abruña: ¿por qué los inodoros de compost no se utilizan con mucha más frecuencia?

Evoca que durante su niñez acompañaba a su padre, un respetado agrónomo que lideró numerosos proyectos agroecológicos, a las fincas de arroz y café. Así conoció y comprendió la relevancia “de los fertilizantes y el agua para el cultivo de alimentos”.

“A principios de la década de 1980”, añade, “me inspiraron dos cineastas de documentales, George Stoney de la Escuela de Cine de la Universidad de Nueva York y Jean Rouch, un pionero del cine-verité. Me enseñaron sobre el poder transformador de las películas documentales”.

Cuenta que el cúmulo de esas vivencias convergieron, “como la materia orgánica, la humedad, los gusanos, los excrementos y las bacterias termofílicas que crean fertilizantes”, y en 2014 asume y encamina en una investigación cuyos hallazgos se cristalizan en el filme documental “Holy Shit: Can Poop Save The World?» (Santa Mierda: ¿Puede la caca salvar el mundo?»

Sinopsis

“Cuando se construyeron las alcantarillas en el siglo XIX, se consideraban una bendición. Las epidemias mortales que acabaron con millones de personas se convirtieron en cosa del pasado.

Sin embargo, las alcantarillas también abolieron la tradición milenaria de usar nuestros excrementos como fertilizante y rompieron el ciclo de nutrientes del cultivo, comer, el compost excreto para volver a cultivar alimentos.

La descarga moderna y el inodoro olvidan nuestros excrementos como residuos, mientras que la agricultura utiliza más fertilizantes minerales que requieren grandes cantidades de combustibles fósiles para ser producidos, o que no son renovables, y cuyas reservas globales son inciertas.

En «Holy Shit» Rubén Abruña sigue a una mierda humana para entender qué le sucede, cómo se maneja y cómo nos afecta. Con él exploramos las famosas alcantarillas de París y una de las plantas de tratamiento de aguas residuales más grandes del mundo, ubicada en Chicago.

Los lodos de aguas residuales, producidos por las plantas de tratamiento de aguas residuales, se utilizan como fertilizantes, pero contaminan los acuíferos y los suelos, y enferman a las personas.

También obliga a los agricultores a tirar su leche y matar a sus vacas. Eso lleva a Rubén Abruña a buscar opciones regenerativas. La máquina ecológica inventada por el Dr. John Todd utiliza plantas para convertir las aguas residuales en agua limpia que se puede reutilizar.

Los «Piratas de la Caca» en Uganda enseñan a la gente a usar inodoros secos a base de contenedores para hacer fertilizantes y prevenir epidemias.

En Suecia, Carl Lindstrom diseña un inodoro seco que no es asqueroso, y en Alemania y Suiza, complejos residenciales enteros tienen sus propias plantas de tratamiento localizadas que producen electricidad y fertilizantes.

“Holy Shit» muestra de manera lúdica e informativa que una confrontación abierta con nuestros excrementos, mierda, caca, heces, caca, scheisse, merde, o como sea que lo llamemos, está atrasada, porque no encontraremos soluciones al problema si no hablamos de ello.

En su búsqueda, Rubén Abruña se encuentra con pioneros que tienen soluciones que vuelven a poner la caca en el bucle para abordar mejor los desafíos de la seguridad alimentaria global, la protección del medio ambiente, la higiene y la crisis climática”.

Galería (Fotos Facebook/ Rubén Abruña)

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