Autor Alejandro Torres Rivera
Publicado por El Hostosiano
A 125 años de la invasión estadounidense contra Puerto Rico, rescatamos algunos datos importantes de nuestra memoria histórica a la luz de aquellos acontecimientos.
En su libro Crónica de la Guerra Hispanoamericana en Puerto Rico, el capitán Ángel Rivero Méndez señala que entonces el total de efectivos militares españoles en Puerto Rico ascendía a 18,000 tropas.
La fuerza expedicionaria de Estados Unidos al momento de la invasión estaba compuesta por 15,472 efectivos. En el desembarco en Guánica el 25 de julio participaron 3,415 efectivos, conducidos en 10 transportes de tropas y 5 buques de guerra.
El 15 de febrero de 1898 ocurrió en la bahía de La Habana la voladura del buque USS Maine. Las operaciones militares por tierra en Puerto Rico no se produjeron hasta el 25 de julio. El 12 de mayo, sin embargo, a eso de las 5:00 a.m., la escuadra naval del Almirante Sampson, bombardeó la capital de Puerto Rico.
Dicha agrupación naval contaba con 164 cañones desde los cuales se lanzaron un total de 1,362 disparos sobre la capital. Sangre española, estadounidense y puertorriqueña fue derramada.
No es correcto decir que la Guerra de 1898 comenzó en Puerto Rico a partir del 25 de julio; o que la campaña militar en Puerto Rico solo duró 17 días. Desde el 21 de abril, fecha en que se suspendieron, por el General Manuel Macías Casado, Gobernador y Capitán General, las garantías individuales que confería la Carta Autonómica de 1897, Puerto Rico vivía un virtual estado de guerra.
Las operaciones militares a partir del intento de bloqueo marítimo al puerto de San Juan el 10 de mayo se ampliaron en la mañana del 12 de mayo, tras el bombardeo a la capital.
Las operaciones militares en Puerto Rico cesaron el 13 de agosto luego del combate en las alturas de Asomante en Aibonito, como resultado de la firma del Protocolo de Armisticio entre España y Estados Unidos, el día anterior.
A partir de tal momento, comenzó la desmovilización de las tropas españolas en Puerto Rico, que culminó el 23 de octubre con la partida del último contingente español de nuestro país. El llamado “Tratado de París de 1898” fue ratificado por Estados Unidos el 11 de abril de 1899.
Si bien las operaciones militares en Filipinas y Cuba fueron de una mayor dimensión, no es correcto minimizar las operaciones militares en Puerto Rico. Durante el curso de la guerra se efectuaron las siguientes acciones bélicas:
- inicio del primer disparo de artillería desde el Fuerte San Cristóbal sobre el crucero USS Yale el 10 de mayo;
- bombardeo de San Juan el 12 de mayo;
- enfrentamiento naval de la escuadra de Sampson con buques de la armada española como resultado de un intento de bloqueo al puerto de San Juan el 22 de junio;
- enfrentamiento de buques de la escuadra de Sampson con buques de la escuadra española entre la noche del 27 y 28 de junio;
- desembarco de tropas al mando del General Nelson A. Miles por Guánica, el 25 de julio de 1898;
- combates entre fuerzas de tierra en Yauco el 26 de julio; el 1 de agosto en Arroyo; en Guayama el 5 de agosto; el 9 de agosto en las alturas de Guamaní; el 9 de agosto en Coamo; el 10 de agosto en San Germán.
- Mapa de 1898 que muestra los avances
y ataques de la Marina
de Estados Unidos en su invasión a Puerto Rico, entre el 25 de julio y
el 12 de agosto de ese año. El 10 de agosto en Hormigueros; el 12 de agosto en las alturas de Asomante; el 13 de agosto en Las Marías (El Guasio); y las operaciones de desembarco y combate por parte de unidades de la Infantería de Marina en Fajardo durante los días 1 al 9 de agosto.
La bajas en el curso de las operaciones militares en Puerto Rico fueron, para los españoles, 429: 17 muertos, 88 heridos y 324 prisioneros; para Estados Unidos las bajas fueron 43, a saber, 3 muertos y 40 heridos.
Como resultado del Artículo IX del Tratado de París se dispuso que los “derechos civiles y la condición política de los habitantes de los territorios aquí cedidos a los Estados Unidos se determinarán por el Congreso.” 125 años después de la invasión, el Congreso de Estados Unidos continúa imponiendo sobre Puerto Rico la subordinación política, colonial y territorial.
En los procesos de lucha de los pueblos, la pérdida de la memoria colectiva es una de sus mayores limitaciones. En los pueblos coloniales, la historia como proceso social, económico y político, suele ser la interpretación de los conquistadores. Una historia sin referentes propios, sin lucha, sin victorias, sin triunfos, facilita la dominación. Es por eso que en la formación de la con- ciencia e identidad nacional de un pueblo, cada rescate de esa historia propia que le arrebatemos al enemigo, para colocarla como referente para el desarrollo futuro de nuestros procesos emancipadores, se convierte en objetivo necesario. Por eso debemos recordar los sucesos desatados hace 125 años y convertirlos en herramientas para la lucha del presente.

